domingo, 28 de junio de 2009

La receta hondureña

Alejo Cespedes
alejo.cespedes@hotmail.com

La técnica del golpe de estado tradicional que optimistas e ilusos daban como una etapa superada en América Latina, ha retornado con estruendo para destrozar el ALBA comenzando por su eslabón más débil: Honduras. Esta vez, la Embajada Americana, falló en su intento de disuadir a los golpistas en su objetivo. Obama y Clinton condenaron de inmediato el putch.

Pero este episodio, aparte de los lamentos inocuos de los amigos de Mel Zelaya y de las admoniciones burocráticas de los organismos internacionales, muestran una realidad ineluctable: la fuerza de las armas sigue siendo la razón de Estado más poderosa.

Mel Zelaya, quizo manipular el aparato judicial, el Congreso y hasta su propio partido y fracasó en su emprendimiento.

Los campesinos tarijeños dicen con mucha propiedad que "¡en valde es reempujar, cuando la poronga es corta! " y esa fue la tragedia de Zelaya.

La arrechera de poder de los émulos de Hugo Chávez, es contagiosa: todos sus adláteres pretenden reelegirse ad-infinitum en Ecuador, en Bolivia, en Nicaragua y curiosamente hasta en la culta Argentina.

Pero Honduras no tiene los petro-dólares venezolanos ni los dóciles militares que siguen a regañadientes los rayos del socialismo del Siglo XXI.

Tampoco esa es la condicionante de Bolivia. Fue un grave error el impulsar el golpe militar en Pando, derrocando a un Prefecto democráticamente electo. La similitud con el putch hondureño es matemática. Fue error, porque se hizo caer en la cuenta a los milicos nacionales que un golpe es factible. Hoy en Pando, mañana en Tarija y luego en todo Bolivia.

Las masas populares salen a las calles el primer día, pero luego una peinada militar barrio por barrio, aplacaría cualquier resistencia. Eso es histórico en todas las intervenciones militares y la lealtad de las Fuerzas Armadas es tan fluida como la fidelidad de una dama casquivana: La dona e mobile, como dice la opereta.

Por otra parte, el día anterior al golpe, Hugo Chávez amenazó con intervenir. Pero su euforia se apagó ante los hechos consumados. Es una prueba de fuego para la supervivencia del ALBA, ese club de pobretones e impotentes. Chavez tendrá que tragarse sus palabras y aceptar al nuevo Presidente, que sucedió constitucionalmente a Zelaya quien abandonó sus funciones, en pijama y contra su voluntad:

Y el concierto internacional? palabras, palabras, palabras....

Lo que está demostrado es que el populismo puede ser contenido por los militares que justamente hoy día se pondrán a la órden del nuevo Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el general de aviación Donald Fraser que a sus 56 años, tiene la misión de poner órden en el patio trasero del Imperio.

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