martes, 4 de agosto de 2009

entre t'aras y k'aras

Ivan Arias Duran
Ciudadano de la República de Bolivia
ivanariasduran@hotmail.com

El maniqueísmo histórico ha marcado nuestra formación escolar y profesional. Las cosas se entienden sólo de dos maneras: desde la visión de los vencidos o de los vencedores. En Bolivia, la historia tiene hasta hoy visiones bipolares: la historia contada por los grupos dominantes -españoles y criollos- y la cara india y campesina de la misma. Pero a nadie se la ha ocurrido escribir la historia desde el punto de vista del grupo social más numeroso durante la Colonia y la actual República: los mestizos y cholos; la historia desde la perspectiva de los hijos de un blanco y una india o los hijos de un indio y una blanca. En definitiva, nadie todavía ha contado nuestra historia.

Durante la colonia la obsesión de las autoridades dominantes fue mantener separadas la "República" de los españoles y la "República" de los indios. La estratificación entre españoles, criollos e indios negaba el surgimiento de una categoría intermediaria que sería ser el fruto de una amplia gama de cruces genéticos. Lo que no se nombra no existe y los historiadores aplicaron este principio. En cuanto a los negros, no fueron incluidos en ningún estamento por ser esclavos; no tenían existencia social.

La negación del o lo mestizo se patentiza al consultar las fuentes primarias de la historia que no registran su existencia. La legislación civil y eclesiástica de la época era la más elocuente al respecto ya que hasta finales del siglo XVII, no existían censos ni padrones donde se refleje lo mestizo.

Sin embargo su presencia no podía ser ocultada. Ya en 1585, Acosta escribía a Felipe II: "Muchos que consideran esto con cuidado temen que por tiempo ha de ser ésta gente en gran suma más que los hijos de españoles nacidos acá que llaman criollos. Y así con facilidad, se podrán levantar con una ciudad y levantados con una, sería infinito el número de indios que se les juntaría por ser todos de una casta y parientes y que se entienden los pensamientos por haberse criado juntos... y juntándose tantos tomar todas las ciudades de este reino una a una".

En la sociedad Republicana a pesar de no estar registrada no dejaba de ser importante. En el informe sobre Bolivia de 1826, el viajero inglés Pentland pondera el papel de los mestizos en las luchas por la emancipación: "Las razas mezcladas, denominadas cholos o mestizos poseen mucha energía de carácter y vivacidad natural, son industriosos y algunos poseen considerable fortuna; han tomado parte activa en las luchas revolucionarias, y son enemigos implacables y crueles de España y amigos de la Independencia Nacional".

También hubieron otros que expresaron su desprecio por esta clase: "El indio y el mestizo incásicos radicalmente no sirven para nada en la evolución progresiva de las sociedades modernas. Tendrán tarde o temprano, en la lucha por la existencia, que desaparecer bajo la planta soberana de los blancos puros o purificados", escribía Gabriel René Moreno a comienzos de siglo XX.

Hoy en pleno siglo XXI, basados en una mañosa pregunta el censo del 2001 donde no había la alternativa para autoidentificarse como mestizo, todo el andamiaje del nuevo Estado Plurinacional condena a lo cholo al olvido y el desprecio en favor de lo indígena. Sin embargo, a pesar de la ceguera de los k`aras de antes y de los t`aras de hoy, los cholos nos negamos a desaparecer como lo demuestra la "Encuesta nacional de valores y actitudes frente a la conflictividad en Bolivia" (FBDMP, 2009) que revela que el 68% de los bolivianos se consideran mestizos y solamente un 20% se considera indígena u originario. En el occidente boliviano el índice de identificación con el mestizaje es de 60% y en el oriente de 80%.

En estas fiestas patrias es bueno recordarlo y esperemos que los futuros candidatos que han emergido para bien de la democracia y como muestra de que el miedo va desapareciendo, tomen en cuenta estos argumentos para desarrollar una oferta electoral alternativa a la posición oficial que ha endiosado lo indígena como la verdad paradigmática del país.

El mestizaje, que no desconoce la autoidenficaciòn con lo indígena o lo blanco, es una forma de identidad moderna que plantea la inter-culturalidad, la inter-racialidad, la descolonización mental y abre las puertas para insertarnos en el nuevo milenio sin complejos

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