Eduardo Campos Velasco
eduardocamposdc@yahoo.es
Históricamente está plenamente comprobado que los conceptos de patria y libertad que permitieron la constitución de las republicas sudamericanas en el siglo XIX, se iniciaron en el territorio del Alto Perú (lo que hoy es Bolivia) en un largo y dramático proceso que cobró la vida de miles de hombres y mujeres comprometidos con esa causa.
El alzamiento de Alejo Calatayud de 1730, en Cochabamba; el Manifiesto de Agravios de Juan Vélez de Córdova de 1739 en Oruro; los sucesos del 10 de febrero de 1781 (también en Oruro); las revoluciones del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca y el 16 de julio del mismo año, en La Paz; entre otros sucesos heroicos, son el itinerario que finalmente culmino con la fundación de la Republica de Bolivia en 1825.
Lo relevante de todos aquellos acontecimientos, está en su capacidad de conjugar acertadamente las ideas de libertad y justicia (provenientes de la Europa revolucionaria), con las reivindicaciones socio-económicas y políticas de su propia realidad; visualizando con mucha claridad, el corpus ideológico de patria, de contrato social, de auto gobierno y, superando cualitativamente, los alzamientos indígenas anteriores (por cierto, no menos heroicos) pero que pretendían la restauración del imperio inca.
La diferencia substancial, consistió en mirar para adelante y no quedarse en el pasado, reconocerse como una sociedad plural y mestiza, con raíces autóctonas y extranjeras, asumir que eran otra conformación sociedad, muy distinta al estado inca y la corona española. Así nació Bolivia, producto de una sumatoria de factores diversos e incluso contradictorios, que en un largo periodo, gestó (de facto) una nueva sociedad.
La fundación de la Republica en 1825, siendo el hecho histórico más relevante de ese largo proceso de luchas por la independencia, no es sino, la representación simbólica de lo que cotidianamente soñaron, por mucho tiempo, aquellas generaciones. Construir una nueva patria, construir una nueva sociedad
Las sociedades, de manera general, siempre se han gestado de esa manera. No es una peculiaridad sólo nuestra. El hombre (como especie) ha salido de las cavernas y ha llegado a la luna, precisamente porque fue capaz de reconocerse parte de un continuo enriquecimiento de diversas vertientes. Ese proceso es el que no hace diferentes de las otras especies; esa condición humana, es la que nos permite aprender de nuestros propios errores. El futuro no es mejor (nunca es mejor), cambiando la historia o renegando de ella; lo que si contribuye a mejorar el porvenir es reconocer - constantemente - lo que hicimos bien, de lo que hicimos mal.
En los últimos años - de una manera compleja y altamente peligrosa - se han re-instalado en la sociedad boliviana, un conjunto de idearios político-ideológicos obsoletos que interpelan al enfrentamiento y la violencia, pretendiendo por esa vía, resolver los problemas estructurales que tenemos como sociedad.
Se oferta combatir la pobreza, distribuyendo bonos exiguos que no esta dirigidos a los segmentos que realmente lo requieren y más bien tiene el propósito de controlar el voto de los beneficiarios; se habla de equidad, pero se promueven nuevos privilegios para los grupos y sectores al que pertenecen ellos; se promete generar empleo y producción, pero se hace todo lo contraria, cuando se cierran los pocos mercados que tiene la economía boliviana; se dice buscar la dignidad ante el mundo, pero doblan las rodillas ante sus comandantes déspotas.
Así, ahora a 184 años de la fundación de la Republica de Bolivia, a nombre de reivindicaciones étnico sociales, se pretende desconocer y destruir todo lo que históricamente fue logrado por tantas generaciones. Se habla de re-fundar Bolivia, como si se tratara de un nuevo registro comercial; se implementa medidas "descolonizadoras", para consolidar nuevos privilegios; se juega con el destino de todos, como si se trataran de fichas.
¿Cómo entender, el propósito de trasladar cinco mil familias del altiplano a los llanos, sólo para satisfacer expectativas electorales, cuando precisamente fueron los regimenes más autoritarios (los colonialistas) los que aplicaron esa receta como una estrategia de sometimiento, terror y control político? Pero por si fuera poco, ésta su "brillante" idea de trasladar contingentes de población de un lugar a otro (a nombre del desarrollo) ya fue sugerida por Jeffrey Sachs, en su visita a Bolivia en los años 90, quien recomendó - por supuesto desde su visión neoliberal - el traslado de la población del altiplano a otros pisos ecológicos, convencido de que el futuro era inviable en el contexto andino. ¿Sabrán estos revolucionarios anti-neoliberales, que hacen lo que recomendó el gurú del neoliberalismo?
Estamos celebrando el 184 aniversario de la fundación de Bolivia y no deberíamos hablar de todo esto. Sin embargo, es imposible ignorar lo que ésta sucediendo. La principal impostura de los "descolonizadores, es pensar que la historia comienza con ellos. Descolonizar en estricto sentido, quiere decir, superar de "nuestra cabeza", esas ideas obsoletas que no nos permiten ver las cosas objetivamente. Que bueno seria que comiencen la descolonización por ellos mismos.
lunes, 3 de agosto de 2009
¿REFUNDAR BOLIVIA?
(La principal impostura de los "descolonizadores" es pensar que la historia comienza con ellos)
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