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Las notas del Sr. Alejo Céspedes han generado reacciones que algunos no esperábamos. ¿Se trata de la expresión del racismo banal que impera en nuestra sociedad; de una meditada incitación al odio racial o de una simple opinión sobre "la belleza de unos y la gallardía de otros", como indica el Sr. Roberto Laserna?
En mi criterio, un análisis de esos textos cespedianos no puede si no alarmar por el profundo desprecio que destila hacia LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN en este país. Y ese racismo ha sido percibido también por la mayoría de los asiduos a Aula Libre que han reaccionado a esos escritos.
Sin embargo, son más reveladoras (y motivo de reflexión) las opiniones que buscan soterrar y escudar los improperios de Alejo Céspedes y que para ello han encontrado razón para revelarse en mi nota "Tolerancia y censura", publicada en Aula Libre.
Me refiero específicamente a la nota de la Sra. María Quiroga Vargas. Según esta persona el Sr. Céspedes simplemente habría descrito las facciones de las y los participantes a la entrada universitaria "como lo haría cualquier esteta"; nada más habría "constatado esos hechos". Es totalmente clara cuando ratifica: "Y porque va a ser racista quien no cree en la belleza de los enanos? (sic)". De esa manera, esta señora ha dividido a la población boliviana entre los agraciados, bellos, elegantes y gráciles por un lado y por el otros los desgraciados, feos, bastos y torpes, por el otro.
Cuando se constatan diferencias y a éstas se le atribuyen valores que sirven para denigrar a unos y ponderar a otros, eso simplemente es racismo, que inevitablemente culmina en la justificación de determinado orden social, en el que unos son los amos (por ser bellos e inteligentes) y los otros los servidores (por ser feos e ignorantes por esencia).
Cuando esta mentalidad está anclada en la conciencia de quienes han señoreado por creerse mejores y superiores, su reacción normal es de escandalizarse cuando ven que los subyugados están ocupando los lugares y ejecutando las acciones reservadas a los amos. ¡Como van a ser estudiantes, futuros profesionales, los caras cuadradas y cuellos anchos, aquellos que más parecen micreros que caballeros!
Sin embargo, los caras cuadradas y los cuellos anchos somos la mayoría del país. Es más, somos quienes tenemos derechos originarios. Pero a pesar de ello hemos sido minorizados y excluidos y aún ahora, que supuestamente estamos en el gobierno, debemos soportar denuestos, vejaciones y agresiones, como los que se produjeron en Sucre el año pasado.
A nivel de ideas; en el terreno de los conceptos, ¿cuál es el límite, cuál la diferencia entre la libre expresión y el debate de ideas por un lado, y por el otro la agresión y el agravio racista? Esa es la pregunta subyacente en mi nota "Tolerancia y censura" y tema, a mi modo de ver, importante a ser definido, dadas las condiciones sociales y políticas que prefiguran un enfrentamiento racial y étnico inminente en este país. De ahí mi extrañeza que se de curso libre a esas expresiones, cuando se censuran otras.
La inminencia de la tribalización con el discurso etno racista que lo justifique, es la serpiente que hay que matar en el huevo.
Esta aclaración lleva a considerar otros aspectos que esos textos cespedianos han ayudado a aflorar. Para la Sra. María Quiroga Vargas el racista e intolerante sería yo e inmediatamente, sin solución de continuidad, arremete contra el PUKARA "de los Portugal", porque "es un órgano anti-Evo". Indudablemente, el mensual Pukara molesta a muchos y su molestia le impele a la citada doña afirma que este periódico "cuenta con obscuros financiamientos": Ya que, en la ramplonería que caracteriza a cierto tipo de ataques, menciona a la "CIA?", ¿porque no sugerir al Banco Mundial, a la Santísima Trinidad, a la Fraternidad Universal o a cualquier otro ente real o imaginario?
Revisando los diferentes aportes que la citada señora hizo en Aula Libre es difícil asegurar cuál es el hilo conductor de sus reflexiones. En esas condiciones, evidentemente, es conveniente defender un Aula Libre que se caracterice "por dar cabida a todas las opiniones sin obstáculo alguno". Y estoy de acuerdo con esa posición, de otra manera esta Aula no haría honor a su epíteto de Libre.
Empero, y desligando esta reflexión de las precedentes consideraciones, quiero plantear el debate de si esa libertad no debería ir acompañada de la verificación de la identidad de quienes escriben en este Foro. Esto, porque en tiempos conflictivos y beligerantes como los que vivimos, existen quienes están interesados en profundizar una libertad de expresión en sectores de formación de opinión importantes y relevantes como Aula Libre, libertad que en su ideario político la niegan y soslayan. Así, - utilizando las arbitrarias identificaciones caras a la señora María Quiroga Vargas" - la habilidad de la desinformación, autofinanciada o con oscuras inspiraciones (¿platita venezolana, inteligencia cubana, soplo de los illuminati…?) encuentra terreno fértil para sus infértiles inspiraciones.
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