jueves, 17 de septiembre de 2009

La alfombra roja de Madrid

Guillermo Capobianco Ribera
memocapobianco@gmail.com

La España oficial; ostentando un cuarto de siglo de proceso democrático impecable y desarrollando a la vez un modelo estatal y de gobierno bajo un régimen de monarquía constitucional, recibió en los últimos días al Presidente Morales de Bolivia con alfombra roja y todos los honores inherentes a su alto rango.

En el Palacio Real de Madrid no faltó nadie. Sus majestades, los príncipes de Asturias, el Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, miembros de su gabinete ministerial y una treintena de empresarios de las más importantes empresas del Reino de España.

El Presidente Morales en el cumplimiento de su intensa y agitada agenda, representó de manera magistral el rol y la imagen del sencillo mandatario que llegó antes a España luciendo un "jersey" de colores vivos y convertido en icono mundial.

Dijo el discurso que se esperaba de él.

Defensor de la democracia, de los derechos ciudadanos, de la libertad de expresión, del respeto a los poderes constituidos y de la inclusión en la lucha contra la pobreza.

Discurso que no se compadeció de la dura realidad de un país – Bolivia- que hoy soporta las acciones sistemáticas de un gobierno en arbitrario intento de instalar en el corazón de Sudamérica, un régimen autocrático revestido de formalidad constitucional.

Sus majestades y el poder establecido del Reino de España, pidieron al Presidente Morales reglas claras para la inversión de sus empresas y disculparon benévolamente las "gafes" referidas a la "República española" y a la necesidad cierta de dejar para la historia el pasado colonial.

La presencia del mandatario indígena en Madrid, coincidió con la intensidad y el auge mediático en Europa y Estados Unidos saludando el surgimiento de una nueva "era" industrial: la era del litio.

La era de las baterías ion litio que utilizarán los automóviles eléctricos que empezarán a recorrer las carreteras del mundo desde el próximo año de 2010.

Bolivia es otra vez, una nueva estrella del mundo capitalista.

Una estrella de la competencia despiadada entre multinacionales y de los negocios de cifras siderales para abastecer a un mercado incalculable.

Cómo no recibir entonces con alfombra roja al Presidente de un país – Bolivia- que posee el 47% de las reservas mundiales del litio en territorio de Potosí, fuente originaria del capitalismo europeo con la explotación, en el pasado, de la plata extraída del Cerro Rico.

La era del "oro gris", el litio, ha comenzado.

Ello explica, en parte, la terquedad del Presidente Morales y de su gobierno para quedarse en el poder a cualquier precio y de la forma más "democrática" posible.

También explica en parte el tendido de la alfombra roja.

Mientras, la General Motors de Estados Unidos, la más grande industria automovilística del planeta, ya decidió construir masivamente automóviles eléctricos a partir del próximo año que utilizarán baterías de litio.

Bolivia deberá enfrentar el nuevo reto histórico, con más y mejor democracia.

Con más libertad política y económica que hoy no la tiene.

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