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La migración de ciudadanos de las tierras altas hacia el oriente, luego de los precursores días de la Revolución Nacional, no fue un proceso lineal y unicorde sino todo lo contrario, estuvo pleno de matices y tuvo tres etapas bien marcadas.
La primeara fue la de una inmigración de campesinos pobres que llegaron nada más que con sus manos ansiosas de empuñar las herramientas de trabajo; hacer producir la tierra y conquistar un espacio en este mundo.
Fueron los pioneros del desarrollo del oriente junto a sus pares cambas, chapacos y labriegos de la media luna que fueron asentandose en las áreas de expansión de la frontera agrícola.
Arroz, caña y algodón en el norte integrado fue la señal inequívoca de un camino sin retorno hacia la soberania alimentaria conquistada años después en estos rubros.
La segunda etapa, tan importante como la primera, es aquella protagonizada por los ciudadanos inmigrantes adinerados, que llegaron a esta tierra con un buen capital de inversión y buen capital operativo.
Encontraron las puertas y las manos abiertas por parte de los pioneros criollos; de aquellos que tuvieron la visión de los campos ganaderos poblados de miles de cabezas; de maquinarias y tractores para transformar materia prima incorporando valor a esa producción.
Nació con ellos, con cambas emprendedores y collas adinerados, la agro-industria-agropecuaria de la que fue orgulloso el país pues surgió una economía dinámica y productiva.
Fue tal vez la etapa más brillante del modelo de desarrollo del oriente boliviano por su expansión hacia otros departamentos.
Los partidos del sistema acompañaron desde la función estatal el desarrollo de ese modelo productivo. El MNR lo hizo desde las trincheras de la Revolución, la ADN desde una óptica conservadora y el MIR con su visión social-demócrata del mundo y de la economía.
De las entrañas de los tres grandes partidos del sistema debió surgir el Proyecto Nacional y el Proyecto Político para un país moderno y maduro para la democracia de tipo occidental.
Un país para la libertad, sustentado en una economía plural y en un sistema político multipartidario respetuoso de los derechos humanos y de la libertad de expresión de los ciudadanos.
La sociedad civil en todas sus estructuras actuantes está presta a sentar las bases para garantizar la insurgencia de un Proyecto Nacional y de un instrumento político de esas características.
Entre tanto, la tercera etapa de la inmigración hacia el oriente llega desde el Chapare Tropical y su hinterland.
Son cholitas de polleras. Juan Carlos Valdivia – joven cineasta-las ha retratado en: "Zona Sur" cuando acuden a la casa de familia de clase en decadencia a comprar la "mansión" de la patrona con dinero verde contante y sonante envuelto en ponchos y aguayos.
Llegan también ahora -las cholitas- a Santa Cruz por decenas a comprar las casas de una angustiada y castigada clase media cruceña que teme por los intentos del gobierno de lograr su desaparición y reemplazo por una naciente burguesía que, en un buen porcentaje, está vinculada a la coca y el narcotráfico.
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