martes, 27 de octubre de 2009

La declinación del dólar

Alberto Bonadona Cossío
abonadona2001@yahoo.es


El dólar cae y se recupera, no es la primera vez que hace estas fintas. El miércoles de esta semana que concluye se pagó 1.5017 dólares por euro comparado con 1.25 que el dólar alcanzó en marzo. Por tal razón, apresuradamente por muchos lados, se predijo la inexorable caída de la moneda estadounidense. Sin embargo, los datos publicados el jueves acerca de la economía china muestran que su crecimiento no es tan espectacular como se esperaba e inmediatamente el dólar se recuperó. El euro vuelve a caer a 1.4944 frente al dólar, después que superó las marcas más altas que históricamente alcanzó desde su creación. Estos vaivenes una vez más exhiben la volatilidad que hoy invade a los mercados financieros.

El dólar volverá a caer y la tendencia general es en ese sentido en el próximo futuro. No obstante, no dejará el escenario de medio de cambio internacional y de unidad de medida de estas transacciones tan fácilmente. La fortaleza que tiene y que le queda para caer y levantarse se debe a la fortaleza de la industria estadounidense. Si bien ahora está aún sumergida en una de las crisis más serias de su historia, no ha llegado aún a su hora definitiva.

No quede duda que importantes actividades de la industria norteamericana deberán transformarse radicalmente y, si siguen las implacables reglas del mercado podrían desaparecer o reducirse a su mínima expresión, lo que probablemente ocurra, por ejemplo, con la industria automotriz. Esta, en más de un aspecto, ha sido superada por industrias automovilísticas de otros países industrializados que han logrado mayor competitividad en ese mercado. Pero ese síntoma de decadencia no invade a esa economía en su conjunto. Continúa siendo la economía más innovadora del mundo y sigue estableciendo los patrones del consumo mundial, lo que le otorga un dinámica que le permitirá recuperarse en los años que vienen.

Aspectos que no significan de modo alguno que el dólar no se encuentre en jaque pero no mate. Primero, debido a causas internas como son los gigantescos déficit en cuenta corriente, fiscal y de endeudamiento externo que marcan las políticas económicas de Estados Unidos. Segundo, consecuencia de las enormes deudas contraídas con China y con los otros países del BRIC (Brasil, Rusia, India), estos quieren disminuir (no deshacerse) de la deuda denominada en dólares y están ejerciendo fuerte presión para que Estados Unidos contraiga futura deuda denominada en otras monedas (euro, yen o libra). Además están estableciendo mecanismos de intercambio entre los BRIC que les permita compensar el comercio mutuo valorado en yuan renbinmi (la moneda china). Los elevados volúmenes de comercio que fluye entre estos países les permite llevar adelante esta política con éxito y convertirse en seria amenaza al dólar.

La amplia y millonaria intervención del Estado contribuye una vez más a recuperar la economía norteamericana como la de los otros países industrializados. Los elevados costos que supone los absorberán el pueblo estadounidense, los países que tienen sus reservas en dólares y todo aquella economía cuyo comercio internacional no puede salir de ese medio de cambio.

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