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Al concluir la jornada electoral del 6 de diciembre, a partir del crepúsculo empezaremos a conocer resultados preliminares de la decisión del soberano respecto a la elección presidencial. Parece que la suerte esta echada pero los bolivianos debemos continuar, remando hacia delante, nunca atrás, sumando y no restando, trabajando en quipo sin discriminaciones, olvidando rencores de 500 años atrás y mirando el presente y futuro y en el nivel gubernamental, en específico al Presidente, pensar, pensar mucho antes de pronunciar las palabras. Se cometieron errores no sólo de dicción, se habló por demás, el fervor y lo impulsivo ganaron ante la palabra adecuada, la frase correcta, el mensaje coherente e idóneo. Y luego….elecciones de Alcaldes y Prefectos a eso se denomina dinámicas democráticas en un estado de Derecho.
Se ha preguntado usted a quien preferiría como Alcalde en su ciudad, a Prefecto en su Departamento? Los candidatos tendrán la remota idea que ser Alcalde significa saber que: Municipio es la unidad territorial, política y administrativamente organizada, en la jurisdicción y con los habitantes de la sección de provincia, base del ordenamiento territorial del Estado unitario y democrático boliviano? Los políticos sofistas, los invitados, los aparecidos y los coyunturales sabrán que en el Municipio se expresa la diversidad étnica y cultural de la República? En los debates los participantes, a parte de su arrogancia y soberbia, sabrán que la Municipalidad es la entidad autónoma de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio que representa institucionalmente al Municipio, forma parte del Estado y contribuye a la realización de sus fines?
Y el Prefecto? Qué perfil exige usted para elegir a una autoridad idónea? Cómo determina usted lo urgente y lo importante? Por ejemplo, en el Departamento de Santa Cruz, lo urgente es frenar la inseguridad ciudadana. Lo importante es consolidar la autonomía en base a competencias específicas. Que varita mágica tendrá el entrante para coordinar acciones con la Policía Departamental y que ésta cumpla su rol verdadero de Policía Nacional y no como lo hace ahora…Policía Gubernamental? La ciudadanía entenderá que los candidatos, como todo ser humano, tratarán n de redimirse de sus anteriores errores sepultando 20 metros bajo tierra sus inconductas controvertidas, sus dobles discursos, su petulancias su paso por instancias publicas; desfalcos y malas administraciones?.
Enero del 2010 ya está a la vuelta de la esquina y el show político continúa para alegría de muchos e indiferencia de otros. La alegría puede traducirse en beneficios económicos producidos por concepto de pago de publicidad a los medios masivos de comunicación. Ellos están sembrando y es una buena temporada de cosecha. Aunque muchas veces se han sentido discriminados, atacados y amenazados pero están lucrando de forma efectiva, aunque los beneficios sean exclusivamente para quienes fungen como propietarios, amén de no tener todavía bien cimentada la cultura de la autocrítica.
Cuando escuche propuestas electorales fíjese en el lenguaje corporal en sus acciones gestuales, tómese su tiempo para determinar la coherencia del candidato. Usted volverá a escuchar megaproyectos, construcción de superestructuras. Se sorprenderá ver a los otrora soberbios y acaudalados convertidos hoy en mansos corderitos expertos en empatía vecinal.
No pasaran de moda quienes hacen de la historia y el rencor un escudo de guerra. Hablarán de la corrupción y de las eternas familias que detentaron el poder acostumbradas a sacar los vehículos de las prefecturas para irse a karaokes y luego recogerse ebrios chocando y destruyendo movilidades del Estado.
Tampoco faltaran abusivas(os) que aprovechando su condición de autoridad obligaran a los niños a que asistan a la inauguración del año escolar llevando bolsas de globos del color del partido en función de gobierno. Para los que postularan a estos cargos, para los activistas y los padrinos que ponen plata para costear la campaña Honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere Vivir honradamente, no perjudicar al prójimo, dar a cada quien lo suyo. Según Justiniano, tales son las tres bases de toda legislación.
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