sábado, 16 de enero de 2010

Hay algo que no entiendo

Fabian Restivo
unfotografo@hotmail.com

Hay algo que no entiendo.

Como decía Borges "disculpe mi ignorancia" pero de verdad hay algo que no entiendo. A ver:

Doña Juana Azurduy , era una niña bien, escapada por la ventana del convento de Santa Teresa de Chuquisaca.

Margareth Tatcher era hija de un almacenero, se recibió de química y trabajó como investigadora ayudando a desarrollar métodos para la conservación de helados.

Joana Galvao, llegó a Colonia del Sacramento persiguiendo a un marinero portugués.

Valentina Vladimírovna Tereshkova, declaro en los años de su mayor fama, que hubiera querido ser modelo.

Eva Duarte, "Evita" era corista de un cabaret, hasta que un amigo de Perón la llevo a cantar a Radio Nacional.

Ruben Costas es tambero

Manfred Reyes Villa es prófugo de la justicia

Carlos Mesa fue vicepresidente de Sanchez de Lozada

Jorge Quiroga fue vice de Banzer (el de la Operación Cóndor)

Maria Rene Duchen leía noticias con su peinado de mármol. Y casi, vice de Quiroga.

Carlos Valverde fue jefe de seguridad o inteligencia de Paz Zamora, hasta que se le dio por la importación de estatuas que finalmente no eran de yeso.

Y Paz Zamora, el dueño del "picacho" y de una fortuna incalculable, vivía de pasar el sombrero cantando chacareras en el Metró de Paris, cuando estudiaba alli.

Por citar solo algunos poquísimos ejemplos.

Ahora…hay algo que no entiendo. ¿Cual es el problema con Jessica Jordan?

2 comentarios:

  1. Esta buena la lista, aumentemosla:
    Tampoco entiendo por que Gabriela Montaño, senadora, otorga "permisos" para los bingos y las casa de juego, menos aún entiendo por que le pagan por ello.
    Manuel Rodríguez

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  2. Gabriela Ichaso18/1/10, 7:58

    Ah, si! Nos ponemos de jueces de unos y de otros, de nosotros mismos, y vamos presos todos o al infierno.

    ¿Qué tiene Jessica Jordan? Tiene lo que dice Pablo Javier Deheza.

    De ahí, vamos arriba con el debate. No para abajo.

    En lugar de defendernos en la sandez, si existe el término, debatamos en la racionalidad. Y le ponemos sal y pimienta de nuestra condición humana.

    Si no, ¿qué tiene Evo sino el desencanto del pueblo boliviano igual al de cualquier país del mundo, donde los derechos humanos son apenas una retórica de la humanidad?

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