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Más allá de cualquier consideración política está el hecho de que Jessica Jordan es un ser humano que merece, como todos, respeto en su condición de ciudadana y de mujer. Lejos de haber reaccionado con racionalidad y equilibrio propios de una cultura democrática, las voces opositoras al actual régimen han desatado una andanada verborrágica donde el lugar común es el oprobio, el insulto gratuito, la descalificación malintencionada y la vileza impoluta.
Así las cosas, resulta que Jessica Jordan es todo un regalo para la salud de la sociedad boliviana. Pasa que su participación en la política nos permite ver en las reacciones generadas, tal cual un gigantesco espejo de nosotros mismos, no otra cosa que las taras, prejuicios, malas leches, contradicciones y demás pelotudeces, que como sociedad ostentamos. Nos permite ver nuestro poco apego a la democracia, sus principios y valores; nuestra intolerancia y nuestro facilismo, superficialidad y cojudez colectiva. Nos permite ver de qué nos tratamos.
¿No que en el oriente boliviano nos rasgábamos las vestiduras y nos cortábamos las venas en defensa del honor de nuestras mujeres? ¿No que hasta se vetó a los periódicos Los Tiempos y Presencia por herir esa misma dignidad que hoy desde adentro y alegremente es pisoteada por propios y ya no por extraños? El tamaño de los insultos es tan grande, el escarnio tan duro, la mala fe tan procaz, que es insostenible cualquier defensa de tal muestra de radicalidad e ignorancia. Así no, así no conciudadanos. No con tanta saña e iniquidad.
Hay quienes no han dudado en tildar de putitas a las mujeres nuestras que están en el mundo de la farándula en una generalización por demás grosera. Otros hay que afirman que una mujer no es otra cosa que un culo. Otros prostituyen de palabra a una mujer haciendola encamarse con cuanto cristiano se atraviesa y la llaman chola de tal y de cual. Y la cosa es aún peor. ¿Estas personas se darán cuenta que ellos también tienen madre, hijas, hermanas, tías? ¿Tan poca es nuestra vocación democrática que a la primera de cambio y se nos sale lo totalitario? ¿Es que acaso hay moral para condenar el totalitarismo del otro lado cuando se obra con la exacta y misma lógica? ¿No que queríamos recuperar la democracia? Carajo, brincan y orgasmean hablando de que Evo es un dictador, que pisotea la dignidad del oriente, que utiliza medios y métodos nada democráticos, que amedrenta, que es ignorante; se quieren desmayar cuando Evo hace sus comentarios machistas -que los hace-, se deshacen en gritos al cielo pidiendo democracia, lloran a moco tendido plañendo sobre la intolerancia de este gobierno; y sin embargo proceden exactamente así, tal cual todo eso que censuran. Vaya zoociedad de hipócritas.
En ningún momento digo que no se pueda cuestionar la candidatura de Jessica Jordan. Por supuesto que se puede y se debe; ella tendrá que demostrar en los escenarios democráticos si merece el voto de la ciudadanía o no; tendrá que sustentar su candidatura. Pero aquí no se está hablando de cuestionamientos ni de críticas, de lo que se está hablando es de insulto, bajezas y agresión pura y dura. Pocas han sido las voces, pero hay, que han argumentado la cosa con propiedad y sapiencia; dos gotas de agua en un desierto.
Por mi parte, que tenga Doña Jessica Jordan la mejor de las suertes desde ahora, ya que sus pares no han dudado en lanzarla a los perros.
Creo que si trata de excesos y de criticarlos hay motivos, pero las formas como las hacen no son las m{as adecuadas ni las mas justificadas, ya que yo no sabia que cuando tienes una opinion de una mujer esta involucra al conjunto de las mujeres.
ResponderEliminarYo parto que evidentemente es injusto tratar a la señorita como se lo hace, pero está claro el dicho que reza:
LA MUJER DEL CESAR NO SOLO QUE TIENE QUE SER HONESTA SINO QUE DEBE APARENTARLO.