miércoles, 10 de febrero de 2010

LO PLURINACIONAL Y LA ESPUMA DE CERVEZA

Carlos Hugo Laruta Bustillos
chlaruta@hotmail.com

No es correcto –por respeto- hacer un juicio moral sobre el ser humano concernido. Confiamos en que nuestro pueblo haga la valoración al respecto cuando asista a votar el próximo abril. Tampoco nos referiremos a los aspectos legales del proceso –conducir ebrio, intento de fuga, retiro definitivo de la licencia, etc.- pues para eso están –si vivimos en democracia- la policía, los fiscales, los jueces y la ley.

Sin embargo, en base del lanktasiri de Patzi (tropezón, aymara), nos permitimos 3 reflexiones que reiteran nuestras certezas democráticas respecto al Gobierno actual.

La primera reflexión se refiere a la separación-articulación entre Estado y sociedad civil. Una democracia estable, sana y con cierto desarrollo no admite confusión entre ambas, como lo fomenta hoy el gobierno del MAS señalando que gobierna "obedeciendo" a los "movimientos sociales". El Estado de derecho establece claramente los límites para la actuación de las masas organizadas; sin embargo, el gobierno está hoy acechado por las "resoluciones" de algunas organizaciones campesinas que entienden tan pero tan horizontal la relación dicha, que prácticamente ponen de rodillas al gobierno que es el representante más visible del Estado. Entonces, a tomar agua de su propio chocolate (o licor de su propio tonel)...

La segunda reflexión es la referida al autogobierno de las masas organizadas, eso que algunos sociólogos "new age" prefieren llamar "movimientos sociales" y que en realidad son la organizaciones sindicales tradicionales del área urbana y rural de la sociedad civil de La Paz (comunidad, subcentral, central, provincial, departamental, junta vecinal de distrito, etc.), las que, en algunos casos como el presente, portando antivalores de lo que se llama "capital social", toman decisiones autoritarias, violan los derechos de los otros, ocasionan pérdidas económicas al Estado y a los privados, etc. Por eso algunos sindicatos vinculados al oficialismo – y el MAS tiene práctica por décadas de ello- deciden así nomas bloquear "hasta las últimas consecuencias" o afectar la vida de los otros, de modos diversos. ¡ Y pensar que para algunos esto es lo magnifico de los actores de la "reserva moral" de la humanidad !

La tercera reflexión se refiere a la relación entre justicia ordinaria y justicia comunitaria. El "affaire" comentado permite ver la manipulación política de dicha relación. Es decir cómo ciertos caudillos políticos locales utilizan a su favor la estructura organizativa campesina para decir que han sido sancionados por la justicia comunitaria y que al recibir chicotazos o ser expulsados de su comunidad (o hacer adobes en época de lluvias), ellos están cumpliendo su pena por contravenciones o delitos penados por el Estado y no por la comunidad. En esto, primero existe una suplantación de la autoridad legal, y segundo un concepto tan laxo de lo comunitario que causa daño a la forma pacífica de resolución de conflictos internos en las comunidades, y no un respaldo político a caudillos circunstanciales.

En el camino de reformas institucionales que vivimos, es útil una permanente reflexión sobre la marcha de lo que se ha llamado con total exageración literaria Estado "plurinacional" y sobre las acciones del Gobierno que "debe mandar obedeciendo". Lo cierto e innegable es que los bolivianos democráticos sabemos distinguir el oro del barro, y que hoy debemos conocer y conversar sobre la capacidad de los candidatos y sus planes de gobierno, para empujar hacia adelante el Estado autonómico –pues ni el MAS ni el MSM lo harán- cuyo rostro visible será la elección en abril –ojalá sin adobes de en medio sino con capacidad y propuestas- del Gobernador y Asambleístas departamentales de La Paz.

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