miércoles, 14 de abril de 2010

Un atardecer en el parque

Guillermo Capobianco Ribera
memocapobianco@gmail.com

Las cinco de la tarde del domingo 11 de abril.

Centenares y tal vez un par de miles de ciudadanos colman el Parque Urbano de Santa Cruz de la Sierra, la ciudad más abierta, democrática y cosmopolita de Bolivia.

Lo primero que advierte un visitante es la presencia de familias enteras que recorren las avenidas internas de este extenso paseo público de varias hectáreas ubicado entre las avenidas Santa Cruz y Argentina en la zona sud este de la "ciudad de los anillos".

Escenario que acoge a las multitudes convocadas por partidos políticos, en los actos de "cierre de campaña", y que compite con el emblemático espacio al pie del monumento al "Cristo Redentor" al comienzo de la Avenida Bánzer.

Pero esta es una tarde diferente.

Se está realizando la "Primera feria productiva, cultural y turística" con la participación de centenares de mujeres emprendedoras independientes y el apoyo de la Prefectura, la Alcaldía Municipal y entidades como la CEPAD y la fundación Hombres Nuevos presidida por el sacerdote español, ex obispo de Palencia, Nicolás Castellanos.

Con sólo observar a las gentes que en familia disfrutan de innumerables juegos, parques infantiles, toboganes, canchas de básquet y de fútbol, se puede concluir de que regional racial y socialmente el lugar está "tomado" por todas las regiones, clases y etnias de la ex República de Bolivia.

La diversidad es lo que resalta de inmediato.

Quien niegue la existencia de una "nación boliviana" pacifica e integrada de cambas, collas, chapacos, guaraníes, paicos y paiconetas debiera vivir y sentir, aunque sea por unas horas, lo que emotivamente representa la multitud de rostros y expresiones de bolivianos que se dan cita en este Parque a las seis de la tarde.

Es el atardecer.

En una tarima sólida y a la vista del público se perfila en el horizonte el ballet folklórico "Tradición Cruceña" con la danza de ritmos y melodías clásicas de jóvenes, muy jóvenes, que derrochan gracia, belleza y armonía en un marco humano excepcional.

El patio de comidas típicas, de todas las regiones y latitudes del país, está colmado de ciudadanos potosinos, pandinos, benianos, chuquisaqueños, chaqueños, orureños, tarijeños, cochabambinos, todos cruceños, en una convivencia extraordinaria de integración humana y familiar.

Es una tarde de sol que disfrutan los niños.

El área norte de este escenario de integración lo "flanquea" la antigua estación del ferrocarril que cuando Santa Cruz dejaba de ser "aldea" el año 1955, recibió la primera máquina "a vapor" inaugurando el ferrocarril Bolivia – Brasil.

Se inauguraba entonces una nueva era.

Parafraseando al presidente estadounidense John F. Kennedy durante la guerra fría en Londres, "quien quiera ver, sentir y constatar de que la nación boliviana existe, que visite este Parque Urbano de Santa Cruz de la Sierra un día domingo desde las cinco de la tarde".

A las 20 horas se encenderán las luces y se escuchará la música que acompañará a las "Fuentes Luminosas Danzantes".

El espectáculo popular y gratuito habrá concluido.

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