viernes, 21 de mayo de 2010

Dos tercios, No. Revolución constitucional, Si

Armando Méndez Morales
amendezmo@yahoo.es

Bolivia nunca se adhirió a la concepción liberal de la democracia, entendida como el gobierno en favor de la mayoría pero con respeto a los derechos de las minorías. Siempre fue un sistema en que los representantes de la mayoría se imponen a las minorías. La Carta magna, con la que nace Bolivia a la vida republicana, promulgada en 1826, determinaba, en su Art. 145, que la proposición de la reforma debía hacerse, al menos, por un tercio de los miembros de las cámaras y apoyada por las dos terceras partes de los miembros presentes. De ahí provienen la tan ahora criticada "democracia pactada" y las coaliciones congresales en el periodo "neoliberal", hasta la llamada mega durante el segundo gobierno de Hugo Bánzer.

Durante el primer gobierno de Sánchez de Lozada (1993-1997), se tuvo la gran oportunidad para incorporar, como requisito fundamental para la aprobación de cualquier reforma de la constitución, la exigencia formal ineludible de los dos tercios de los miembros de la institución que tenga la atribución de hacerlo, pero no se lo hizo. Su antecesor dejó como propuesta de reforma constitucional este planteamiento que su gobierno no acogió al momento de promulgar las modificaciones a la Constitución, en 1994.

El papel que jugó la oposición durante el tiempo en que se llevó a cabo la reciente Asamblea Constituyente, que sesionó en el periodo 2006- 2007, estuvo equivocada al reclamar que sus decisiones fuesen tomadas por los dos tercios de sus miembros, porque ese planteamiento no tenía asidero constitucional ni tampoco a partir de la ley especial con la que fue convocada dicha Asamblea

El Estado de Derecho en el país ha estado en el papel pero no en la realidad. La fe dominante ha sido -y es- creer que los problemas fundamentales se encuentran en su carta magna. Modificada esta se modifica la realidad del país, lo cual no es cierto. El resultado de esta inestabilidad institucional es que las leyes en verdad no se las acatan, quedando como simples declaraciones y discursos ideológicos. La ausencia de un verdadero Estado de Derecho explica también por qué el Estado boliviano nunca pudo ostentar un mínimo cumplimiento de la primordial función de todo Estado moderno, cual es la correcta administración de justicia.

Una manifestación de la inestabilidad institucionalidad y de la falta de Estado de Derecho en Bolivia han sido las continuas modificaciones que ha sufrido la Constitución Política del Estado. Con la última se tiene un número de diez y ocho constituciones que rigieron la vida del país, esto quiere decir que en sus 184 años de vida, en promedio cada diez años se ha modificado la carta magna.

El hecho de que la nueva constitución fue aprobada en consulta directa al pueblo y por medio del referéndum constitucional, durante el primer mes del año 2009, con el 61 por ciento del total de votos válidos, indica que ésta es la constitución que responde a la innegable nueva mayoría que representa el Movimiento al Socialismo y que encabeza Evo Morales Ayma. Esta nueva Constitución Política del Estado, promulgada el 7 de febrero de 2009, también reitera que la instancia que la reforme deberá contar con el voto de los dos tercios del total de sus miembros presentes, no del total de miembros.

La nueva mayoría que representa el MAS, se vio fortificada con la reelección del Presidente Evo Morales, para un segundo periodo de gobierno, en las elecciones nacionales realizadas a fines del año 2009, con el 64 por ciento de votos válidos, un resultado mayor al momento que se aprobó la nueva Constitución, pero con tres puntos porcentuales menos, si comparamos con el referéndum al que fue convocado el pueblo boliviano para ratificar, o revocar, el mandato presidencial, y que se llevó a cabo en agosto de 2008, momento en que la popularidad y el liderato del Presidente Morales había alcanzado su cenit.

Benjamín Miguel, destacado político del Partido Demócrata Cristiano, pensaba que fue un error cuando se hizo un modificación constitucional mediante la cual se decidió ampliar a cinco años, en lugar de cuatro, el periodo presidencial, porque las grandes y permanentes deficiencias que tiene el país hace que cualquier gobierno, luego de cuatro años, se haga vulnerable porque no puede superar las graves deficiencias estructurales, y no, que tiene nuestro país.

Como toda ocasional mayoría que se ha dado en Bolivia, el Movimiento al Socialismo es un abigarrado social donde lo que predomina es la diversidad como lo es todo en Bolivia, dirigida por una elite que corresponde a la clase media. Sin embargo, al haberse dispuesto constitucionalmente derechos especiales a las minorías indígenas, e incluso reconocimiento expreso al derecho de territorios, sin una delimitación previa, y sin posibilidad de concretar la misma en el futuro inmediato, puede llevar a enfrentamientos entre las supuestas "naciones" en el reciente creado "Estado Plurinacional de Bolivia". Seguramente este es un tema de fundamental análisis en el estamento de la clase dirigente del MAS para impedir este riesgoso futuro, cuando viene elaborado la Ley marco de Autonomías.

Sin embargo, no se puede dejar de destacar que los recientes resultados en las elecciones de gobernación departamental y para alcaldes de municipalidades, con resultados desfavorables para el MAS en la parte occidental del país, sería la consecuencia de que el gobierno no está pudiendo atender las exigencias de los "pueblos originarios e indígenas", que exigen se haga realidad lo que está escrito en la nueva Constitución.

Desde el punto de vista económico la nueva constitución recrea con fuerza el nacionalismo económico, el intervencionismo estatal, el capitalismo de Estado y la creencia en la planificación del desarrollo económico por parte del Estado. La nueva constitución promete que el Estado atenderá todos los requerimientos que tenga la población boliviana para llevar a cabo su actividad económica. La consecuencia de esto es que donde vaya el Vicepresidente García Linera, recuerda e insiste que el "nuevo modelo económico" que Bolivia está construyendo parte de considerar al Estado como el motor del desarrollo.

Ahora, es el tiempo en que se puede evaluar el primer periodo de gobierno de Evo Morales. Los hitos más importantes están en el área de la política. El más trascendental de esos primeros cuatro años, que estuvieron impregnados de una intensa lucha política -que a momentos parecía desbordarse completamente con todas las consecuencias funestas para la vida del país- es la aprobación mediante referéndum de la nueva Constitución Política del Estado, la número 18. El segundo hito corresponde al área económica, es la conclusión de los convenios consecutivos que anualmente suscribía el gobierno de Bolivia con el Fondo Monetario Internacional, lo que le daba a esta organización internacional, de Naciones Unidas, la calidad de tutor sobre el manejo de la economía boliviana. Durante esos cuatro años la economía boliviana ha sido administrada íntegramente por el quipo económico del gobierno de Morales, por lo que la estabilidad macroeconómica mantenida es "producto nacional". La inflación de precios fue completamente eliminada durante el año 2009. Y el tercer hito, que también es político, es la reelección de Evo Morales. A diferencia de la primera elección, ninguna persona bien informada, en Bolivia, dudaba de que sería reelegido. Las encuestas le daban un triunfo holgado, que estaba en el orden del 60 por ciento de los votos válidos. El resultado fue aun mayor, contundente, 64 por ciento.

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