lunes, 17 de mayo de 2010

Estado y Pachamama

Virginia Amelia Antezana
pisulina1@yahoo.com

ALEstado
BROMAS EN SERIO

De igual manera que para algún grupo humano las ratas son dioses a quienes se venera, encontramos grupos humanos que veneran y consideran a máquinas como entidades superiores a ellos. Superiores en el sentido de tener capacidades innatas para operar objetos y procesos que los humanos corrientes no pueden.

Recientemente hemos sido informados que una máquina construida por humanos para que haga un trabajo moroso y mecánico, es una entidad con derechos. Igual que la dimensión física que nos contiene desde la creación del sistema solar que tiene vida propia desde hace cuchicientos miles de millones de años y continuará viviendo cuando toda la especie pensante sea un cinturón de energía en torno al planeta. Hay humanos que afirman que Estado y Planeta tienen derechos, es decir privilegios que todos debemos reconocer y respetar por solo el hecho de haber nacido en medio de una comunidad que, para no desaparecer en medio del horror – porque desaparecer no es problema, pero en medio de angustia y horror no es escogible – y la tortura, habitar un lugar perseguido y en eterno miedo, tampoco.

Si el cuello de los que piensan así no termina en punta y usan tajador en vez de peine, alguna actividad tendrán sus neuronas interconectoras con diligentes y honestas sinapsis que supervisan el trabajo de dentritas y axones en el taller desarrollado con el neocórtex, donde procesan laboriosas las neuronitas ideas y pensamientos, con una diligencia y honestidad ejemplar, sin pedir coima y establecen relaciones entre objetos y eventos que recogen los órganos sensoriales del entorno, para sacar conclusiones en forma de pautas, nociones, conceptos de lo evidente (sentido común), conceptos de lo observable y conceptos universales sobre objetos y eventos verificados ciertos. Todo ello, desde que nace el humano hasta que deja de pensar – en Latinoamérica más o menos en la adolescencia, cuando encuentra más práctico adoptar lo que otros piensan – y actúan en consecuencia, para facilitar los logros de quienes piensan como aprovechar más con el menor esfuerzo – lo que es siempre correcto y así debe ser – propio, y el máximo ajeno que al servicio de cálculos e intereses ajenos se perjudica simultáneamente.

Entonces sí que dan ganas de reír porque parece broma.

Si pensaran por cuenta propia, sus neuronitas ya les hubiesen comunicado que lo de derechos es un invento cultural de los occidentales (derechos, en Inglés rights) significa lo correcto. Pero lo correcto en el sentido de lo que es necesario considerar porque si no lo consideramos vamos a desaparecer como grupo de convivencia, y vamos a seguir como fieras iracundas a las que un chumbo en las manos les hace sentir del ¡ca…jo!

Por una parte, el Estado que es una máquina vacía, que sirve como todas las máquinas para facilitarle un trabajo al que lo opera, según el operador puede distribuir semillas de abundancia hacia o picar moulinéxicamente a muchos prójimos. ES UNA MÁQUINA, no puede tener derechos, y si los tiene son elementos colocados en ese lado Y no DERECHOS, porque entre máquinas no mueven una micra ni a favor ni en contra, TAMPOCO PERECEN EN MEDIO DEL TERROR Y EL SUFRIMIENTO que les causan sus SEMEJANTES, solo actúan si tienen humanos que las operen. ¡MÁQUINAS! Aunque lo diga Donald Trump o lo repitan los Presidentes del Mundo Entero… ¡El Estado no tiene derechos! Tiene FUNCIONES, y ninguna de ellas es de EMPRESARIO. Pero, los operadores sí son humanos, y en su totalidad sus funciones son de SERVIDORES DE LOS HUMANOS CIVILES.

¡Ya déjense de hue…das.! Ambos: los sofistas de derechos y los que aceptan mascar camiones porque dicen que aumenta la virilidad. ¡Estúpidos y ociosos ambos!

El caso es que no escucharían jamás a sus neuronitas, igual que de infantes no escuchan a su madre si les explica que no se acerquen al fuego, o metan sus dedos a los enchufes, tendrán que aprender nomás revolcándose de dolor o volando por la habitación por una patada eléctrica. Lo de los Derechos de la Pachamama es otra joya de la Corona Conceptual.

A ver, a ver niños… vengan… vamos a construir un caminito para llegar a la comprensión de este tema. Antes de entrar dejen en la puerta sus creencias, sus preferencias, sus rechazos, sus flechazos y sus intereses personales. Vamos a empezar estableciendo de qué tema trataremos. El tema es: Los derechos de la Pachamama.

¿La Pachamama – Madre Tierra – es un ser vivo? – SI (verificable por las manifestaciones de la Naturaleza);

Es nuestra bienhechora? SI, pues todo cuanto necesita el ser humano para vivir en armonía lo toma de la Naturaleza, los Recursos de la Madre Tierra.

¿Somos sus hijos? SI, igual que las plantas, los insectos y los demás animales incluyendo virus, gérmenes y bacterias.

¿Somos sus hijos preferidos? NO, por lo que se conoce parece que son las cucarachas.

¿Los humanos podemos herirla hasta enfermarla? NO, los humanos como el resto de los seres vivos con sus acciones solo pueden herirse a sí mismos, deteriorando las condiciones de vida en armonía entre ellos y su entorno. A la Pachamama la puede herir un evento interespacial, o un arma de destrucción de efecto cuántico detonada por humanos que también los sacaría del plano material a ellos. Lo que ni se percibiría pues en la explosión todo cuanto existe se movería a otros planos que hay en número infinito, en menos tiempo que un instante porque resulta que como todo es energía, cada porción de materia mínima se mueve con su energía y no queda ni atrasada ni adelantada, es decir no pasaría nada. Lo cual es una pena porque ni los creadores de bombas o armas desaparecerían para dejar en paz a que los que desean evolucionar a mejores estadios de existencia conviviendo para solucionar sus problemitas comunes fabricando soluciones a lo que les causa sufrimiento. Pero es muy posible que cause un cambio en la mentalidad humana y se quede un temor terrible a los aficionados a usar las armas y a ejercer violencia. Y ese temor se convierta en furia, y esa furia haga que unos sensibles desenchufados de su sociedad de convivencia busquen provocar horror y sufrimiento no importa a quien, y entonces se inventen infiernos, castigos, pecados y los que no aprenden a pensar por cuenta propia, por flojera de hablar con sus neuronitas, agarren con su intelecto cualquier idea o pensamiento tenebroso fabricado exclusivamente para estar sometidos por el miedo. Entonces es que una abuelita, seguramente empezará a explicar las cosas como son – es decir con enfoque cuántico – y en algún medio de comunicación tratará de hacerles entender que ni las máquinas tienen derechos ni las madres los necesitan, porque igual que con los dinosaurios que ahora son petróleo y los imperios que ahora son turisteables, ellas dejan que sus hijos aprendan como mejor entienden: estudiando siempre en vez de hablar impertinencias o quemándose, o haciéndose patear con lo que no saben manejar.

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