martes, 15 de junio de 2010

UNCIA: EL TERRITORIO PLURINACIONAL

Carlos Hugo Laruta Bustillos
chlaruta@hotmail.com

Fui testigo de algo que me entristeció. Un grupo de jóvenes bachilleres planteaba salir de excursión al altiplano próximo a La Paz, en momentos del linchamiento en el área rural de Uncía. Los pelos de varios padres de familia se erizaron y el grupo decidió que era mejor hacer una fiesta para los jóvenes en cualquier local de La Paz antes que una excursión con riesgos.

Y el temor de estos padres expresa el riesgo absolutamente real del territorio parcelado del llamado Estado "plurinacional". Aunque según la Constitución debió esperarse la conformación de autonomías indígenas para que en su territorio exista "su propia justicia, sus propias instituciones políticas, su propia economía, su propia religión", no es causal que algunos lideres indígenas y campesinos ya empiecen a aplicar la extraterritorialidad de la justicia indígena reconocida por la actual Constitución, pues el propio MAS y su líder Evo Morales se encargaron de sobreideologizarlos, es decir de cargar los derechos indígenas y la visión del mundo indígena, con una tinta exagerada en su relevancia y presencia real.

Lo de Uncía fue un asesinato agravado sobremanera por la participación de la estructura de autoridades indígenas –tema grave que debe investigarse- en la detención, el ilegal secuestro por varios días, la tortura y luego la ejecución de 4 policías. No fue un linchamiento común ni un asesinato común. Tomó la forma de justicia comunitaria por la participación activa de personas que cumplen funciones como autoridades indígenas en esos ayllus. Por ello, Uncía muestra que en cualquier parte del territorio nacional donde se presenten liderazgos indígenas sobreideologizados y montados en la estructura de autoridad tradicional, intereses delictivos inescrupulosos y –obviamente- personas que no son de esa "nación" y que estén circulando por los alrededores, se producirá una combinación letal cuyos resultados pueden ser la muerte de personas. Y este fuego, sin duda, esta atizado por el exceso de ideología en la visión de la realidad indígena y campesina.

El Estado "Plurinacional" también contiene dentro de si la confusión intencional de los límites de articulación y diferenciación entre sociedad civil y Estado. Se exagera la necesidad de que el Estado contenga a la sociedad civil, en eso que García Linera pomposamente ha llamado "Estado integral", pero se olvida olímpicamente que aunque el Estado fuera estructural o de hegemonía compartida, o instrumental o de sometimiento de clase, o lo que fuera, no puede dejar de ser Estado y por ello no puede dejar de regular la vida social a través de sus mecanismos legales. El momento de la confusión, ocurre lo que ocurrió. En el fondo, los lideres de los ayllus de Uncía lo que le exigieron a Sacha Llorenti es dialogar ellos -que se consideran autoridad indígena con autodeterminación nacional- (eso dice la Constitución), y un débil Ministro de un Estado "Plurinacional" que los reconoce como tales, en un territorio que resultó no ser el del Estado del señor Llorenti.

Con este caso, ya se inició con Uncía un proceso que podría salirse de control estatal. Por ello, los bolivianos debemos actuar ahora. Ya se presentó una denuncia en la Fiscalía General contra el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, el comandante general de la Policía y los comandantes de Oruro y Potosí, por los delitos de omisión, incumplimiento de deberes, denegación de auxilio y encubrimiento. La denuncia incluye a los dirigentes de los ayllus Laime, Pukara, Karacha y Aymaya que tuvieran algún grado de participación en el asesinato de los uniformados entre el 23 de mayo y el 1 de junio.

Las exageraciones indigenistas tienen consecuencias, pues.

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