jueves, 12 de agosto de 2010

ECOCIDIO, NARCOTRÁFICO Y DESARROLLO

Luis Fernando Ortiz Daza
lufo69@yahoo.com

El desarrollo sostenible de las naciones con bienestar para la generación futura, choca frente al desarrollismo inmediatista, individualista y corporativo de grupos de poder empresariales o políticos afincados en el discurso de ser los precursores de los movimientos sociales que tienen el derecho de explotar recursos y territorios para hacer crecer fortunas particulares de narcos y contrabandistas.

El modelo de desarrollo que se sostiene en base al narcotráfico y que es impulsado por los productores de la sagrada hoja, no es posible que sea sostenido por el Gobierno Nacional, es decir, no creo que ocurra así, pero, hay que ver la aquiescencia que se tiene con los productores por temor a perder su capital político – social que ha encumbrado al masismo en el poder. Es tiempo de dar un giro y realizar ajustes para salvar los recursos naturales y a la naturaleza misma, el nomeimportismo de organizaciones sociales y de las mismas instituciones gubernamentales y no gubernamentales está produciendo un ecocidio que con seguridad lo pagarán las generaciones futuras.

El neologismo ecocidio se define como deterioro del medio ambiente y los recursos naturales como consecuencia de la acción directa o indirecta del hombre sobre los ecosistemas. Los procesos por los cuales se ven afectados los ecosistemas, son muy variados y muy complejos, vienen desde el simple uso de productos no biodegradables en nuestro uso diario, hasta el uso indiscriminado de pesticidas para exterminar plagas en los cultivos, que paradójicamente son necesarios para prolongar la existencia de la especie humana.

La política como politiquería ha dejado a un lado la gestión económica, así como la gestión por la biodiversidad, cambio climático y deterioro de suelos por deforestación y vertido de elementos químicos como son los precursores para la fabricación de la cocaína, esto sumado a la explotación minera e hidrocarburífera sin control, está produciendo la desertificación paulatina e inexorable del territorio hoy llamado Bolivia y que día que pasa pierde miles de hectáreas de bosque.

Ahora podemos hablar de un caso, muy particular y que afecta de manera directa a toda la biodiversidad, de un país, me refiero al ecocidio que cometen los grupos narcotraficantes en Bolivia, con los cultivos ilícitos de coca, así como también la responsabilidad directa del gobierno, responsabilidad, en la falta de políticas claras sobre el manejo del narcotráfico, y la precariedad del Estado en cuanto a recursos y personal para combatir este flagelo.

Colombia en la otra punta del ovillo, ante este dilema y la incapacidad de poder juzgar a sus propios ciudadanos, debido a la corrupción presente en la mayoría de estamentos de gobierno; han optado por la utilización de productos como el glifosato para limpiar, las zonas cocaleras, con sus consecuencias directas sobre los habitantes de estas zonas, así como también de los cultivos lícitos.

En Bolivia y debido a la presión de ecologistas que en su tiempo fueron oposición al gobierno de turno, no se utilizó el glifosato, lo que si se permitió de manera concertada fue la erradicación voluntaria y manual de los cultivos ilícitos, se avanzó bastante en la reducción hasta el gobierno de Tuto Quiroga, pero cuándo no, la política oportunista de neoliberales y neo izquierdistas, puso freno a la salvación del ecosistema.

Hoy el capital social y combativo de la resistencia anti neoliberal, se está convirtiendo en el capital primario y protector del narcotráfico, quizás muchos productores sin saberlo producen para los ecocidas.

En Tarija y en honor a la efeméride Chaqueña, debemos denunciar el ecocidio que se pretende y se hace en la serranía del Aguaraguë, la economía del país parece depender de lo que se exporte desde el Aguaraguë. Los incendios forestales y los traficantes de madera arrasan con la flora y la fauna. Las obras civiles y la prospección hidrocarburífera carcomen y quiebran las capas del subsuelo. Los pasivos petroleros impregnan el aire y las rocas. Y en una suma fatal, cenizas y restos, explosiones, perforaciones y chorros de petróleo matan las aguas que dan vida al Aguaragüe. En el tramo Caraparí - Campo Pajoso se ha previsto perforar la montaña y abrir un túnel de 1.200 metros.

Felicidades Gran Chaco: hermanos chaqueños, guaranís, tapietes y weenhayek, el mejor legado será la defensa contra la contaminación y el uso sostenible de los recursos naturales.

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