viernes, 1 de abril de 2011

LA CAUSA MARITIMA

Oscar Ortiz Antelo
oscarortizantelo@gmail.com

Los bolivianos siempre estaremos unidos alrededor de la reivindicación marítima. Nos duele y nos cuesta aceptar que en pleno siglo XXI, en una actitud prehistórica, Chile nos niegue la posibilidad de llegar a un acuerdo que contenga una salida soberana al mar, que no les afectaría pero que para nosotros tendría un efecto histórico enorme y que, además de recuperar nuestra cualidad marítima contribuyera a nuestro desarrollo, insertándonos en la Cuenca del Pacifico.

Por esto, desde la llegada al poder del presidente Evo Morales, miramos con sorpresa y expectativa el giro radical de nuestra política exterior hacia Chile. Sorprendidos, porque desde la oposición y desde las protestas que llevaron a la renuncia de dos presidentes entre el 2003 y el 2005, nuestro actual presidente y su partido, el Movimiento al Socialismo, se opusieron radicalmente a cualquier relacionamiento con dicha nación.

Una vez en el gobierno, hubo un giro brusco de política exterior. Se abandonó nuestra tradicional política de reivindicación marítima en el ámbito multilateral, se privilegió el dialogo bilateral, alrededor de una agenda de trece puntos en el marco de las relaciones más amistosas que un gobierno boliviano hubiera mantenido con Chile en las últimas décadas.

Por ello, también miramos con expectativa este nuevo escenario. Incluso quienes militamos en la oposición democrática y pensamos que el Movimiento al Socialismo está destruyendo las bases de la democracia, del desarrollo y del futuro nacional, nos guardamos las criticas frente a un proceso sin transparencia ni consenso alguno, con la esperanza que este acercamiento nos acercara a una solución propia de la modernidad y de dos naciones hermanas destinadas a integrarse y apoyarse mutuamente en el camino al desarrollo.

Pues no fue así. En un nuevo giro radical de política exterior el gobierno boliviano anuncio el último 23 de marzo que demandara a Chile ante tribunales y organismos internacionales. Lamentablemente, todo parece indicar que aun no se cuenta con una decisión y estrategia clara sobre lo que se demandaría y que esta acción responde, una vez más, a la búsqueda de recuperar la popularidad perdida y a evitar la discusión sobre la crisis económica que vive el país por el incremento de la inflación causado por el frustrado gasolinazo y el descredito gubernamental por el descontrol del narcotráfico y la detención en Panamá de una alta autoridad nacional de la lucha antidroga en un operativo conjunto de Chile, Estados Unidos y Panamá, del cual no se informó a nuestro gobierno.

Las relaciones internacionales se mueven por intereses y no por justicia ni solidaridad por lo que el único camino para recuperar nuestra cualidad marítima es desarrollar a Bolivia. Cuando seamos una nación fuerte y rica con la que convenga integrarse, las soluciones llegaran. Mientras tanto, debemos buscar un consenso nacional alrededor de una política de Estado que determine una actitud clara y coherente sobre la causa marítima.


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