viernes, 29 de abril de 2011

Q'aras travestidos de indígenas

Sandro D. Velarde Vargas
sandro62@hotmail.com

En su novela "El hablador" Mario Vargas Llosa, premio nobel de literatura 2011, narra la historia de Saúl Zuratas, un judío que tenía por sobrenombre "mascarita", debido a un inmenso lunar morado oscuro color vino vinagre que cubría gran parte de la cara que no respetaba la oreja, los labios y la nariz. Mascarita sentía fascinación y embrujamiento por las culturas aborígenes de la selva amazónica del Perú, al límite de renunciar a un porvenir pequeño burgués para convertirse en un indígena que lo lleva a cambiar el traje y la corbata por el taparrabos las plumas y la flecha; el pensamiento racional por el animismo y la magia andino-amazónica, para interpretar los roles de ex-judío, ex-blanco y ex-occidental.

De igual forma en el MAS existen muchos "mascaritas" que decidieron ser ex–troskos, ex–maoístas, ex–fierreros, ex–neoliberales ex–gonistas y que ahora mezclados entre "culitos blancos" y habladores hispanos e italo-argentinos que fun(fin)gen como asesores intelectuales, arropados de un discurso indigenista seductor logran convencer a más de uno de que el pachacuti está a la vuelta de la esquina, apostando un viaje en reversa a la revolución del siglo XV al compas de virtuosos pinquillos del "a someternos nunca más".

Los nuevos "indios" de rostro blanco y sangre azul, no tuvieron problemas para remozar su discurso de manual (de la URSS) anacrónico de lucha de clases y revolución armada, para acceder, vía democracia liberal, a los privilegios que el poder les otorga. Es decir, un juego a la inversa: los nuevos "mascaritas" pasaron de pequeños burgueses a potentados líderes indígenas acicalando la parafernalia del Tahuantinsuyo con ceremonias místicas y falsos amautas, que por debajo del poncho llevan un tufillo a coca(ína) y brumosas k'hoas para alejar los malos espíritus de la modernidad y del vivir mejor.

¿Es verdad que no nos someteremos nunca más? Es la pregunta interesante que surge en contemplación alelada, o quizá es simplemente un soflama más de los alabanciosos, llunku-halagadores, que ensalza a los indios y al líder carismático, para someterlos mejor re-colonizándolos a voluntad de mansos y domesticados. Es ese servilismo simbólico "new age" de hacerse pasar por indígenas: el Tarzán, el mono blanco que busca glorificar la "raza de bronce" para perpetuarse y reproducirse mejor.

Los nuevos "indios" convierten al pueblo en la "generalidad", es la necesidad inmediata, la potencia plebeya, lo contrario a la razón. Es lo que hay que cuidar para la reproducción del poder permanente. Rendirle culto racional estimulando las pasiones más oscuras y construyendo deidades de carne y hueso, ese el deber de los nuevos "mascaritas".

Los nuevos "indios" han copado las instituciones burocráticas del nuevo Estado de inclusión abstracta. Han renegado de sus "camaradas" condenándolos a nomadismo perenne del aumento salarial, del reclamo permanente, se ha vuelto al libreto de la huelga, la marcha y el bloqueo cíclico que vuelve una y otra vez y que ahora amenaza con quedarse.

La retórica indigenista no está mostrando resultados, los argumentos empiezan a ser insostenibles los 10.000 millones de dólares en la "wakaycha" infló muchas expectativas. El gasolinazo del pasado año inauguró el punto de bifurcación entre los movimientos sociales y los nuevos indígenas.

2 comentarios:

  1. Q'aras(blancos) dentro del indigenismo, sera que Bolivia cambie con q'aras mas ¿?es medio dudoso.El presidente Evo es la mascara del q'ara,el q'ara que sabe del pachacuti¿?,de los templos del calasasaya, de la restauracion del tawantinsuyo¿?.A ellos les interesan el lucro de la economia a toda costa,por q el q'ara nacio sin territorio...sus territorios logicamente estarian en la vieja Europa...

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  2. CLARO ES ASI...COMPARTO TU OPINION...cuanto me gustaria un gobierno sin q'aras asi podemos cambiar todo pero a favor de nostros......un jallalla ¡¡!!

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