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En el país se halla vigente la Ley contra el Racismo y toda Forma de Discriminación, cuyo objetivo explícito es combatir prácticas e ideas basadas en la superioridad de unos seres humanos frente a otros por razones étnico-raciales, de género, generacionales, religiosas, de orientación sexual u otras y evitar la reproducción de estereotipos racistas y sexistas. La práctica nos demuestra que la Ley está ahí, pero no para que todos la cumplan, ni siquiera las autoridades que la aprobaron por encima de las resistencias que generó por algunos aspectos limitativos a la libertad de expresión tienen la intención de de respetarla.
La reflexión viene a propósito de las recomendaciones emitidas por el Presidente del Estado el día 2 de agosto en la reunión con los sindicatos cocaleros en la que instó a los jóvenes del sector a "conquistar" a las jóvenes yuracarés con expresiones como "Si yo tuviera tiempo, iría a enamorar a las compañeras yuracarés y convencerlas de que no se opongan; así que, jóvenes, tienen instrucciones del Presidente de conquistar a las compañeras yuracarés trinitarias para que no se opongan a la construcción del camino", recibiendo nutridos aplausos por tan creativa sugerencia.
No es la primera vez que el Presidente explicita su irrespeto a las mujeres, pues no deja pasar una oportunidad para dar rienda suelta a su machismo; no se percata que no es un ciudadano común que puede darse licencias como la de invitar al engaño y la degradación de las relaciones afectivas entre jóvenes basado en prejuicios de superioridad étnica y de género, ya que de sus expresiones se puede colegir que para su Excelencia, los cocaleros, incluido él, son por razones de etnia y de género superiores frente a las indígenas de tierras bajas, y desde esa su posición pueden "conquistar", así sea instrumentando la afectividad porque, en fin, son tontas y mujeres.
Está claro que mientras puede controlar el pensamiento y la acción de sus seguidoras, éstas son merecedoras de alguna consideración, pero si se ponen contestatarias y salen de los lineamientos establecidos, pueden enfrentar la ira patriarcal.
Es un desafío para los viceministerios de Género, de Descolonización y la Unidad de Despatriarcalización lograr que los jerarcas del Estado Plurinacional superen su machismo y racismo.
Las mujeres se los agradeceremos.
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