lunes, 14 de noviembre de 2011

EMPATE CATASTRÓFICO

Armando Méndez Morales
amendezmo@yahoo.es

La debilitada oposición al gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) logró convertir a las últimas recientes elecciones judiciales en un plebiscito con su consigna de voto nulo. De esta manera buscó que la gente rechazase tanto a los candidatos propuestos por el oficialismo como al procedimiento mismo y, de esta manera, manifestase su descontento contra el gobierno. ¡Y lo ha logrado! Esta labor se facilitó por lo difícil de la gestación de esta inédita elección, en el mundo. El gobierno gracias a su abrumadora mayoría, con que cuenta en la Asamblea Legislativa, pudo imponer listas de candidatos, que desde un principio fueron rechazados por la oposición minoritaria.

El voto nulo (o blanco) se facilitaba porque la mayoría de la población no llegó a comprender que es lo que se votaba y menos aún tenía una meridiana información de los candidatos, ya sea porque de principio no le interesó el proceso o porque no había información suficiente. Para esta elección se prohibió que abiertamente los candidatos pudiesen hacer campaña electoral.

En un sola boleta se hicieron cinco elecciones. El resultado es que en tres de ellas ganó el voto nulo (Tribunal Agroambiental, Consejo de la Magistratura y Tribunal Constitucional) en un rango entre 44 por ciento para el Tribunal Constitucional y 42,2 para el Tribunal de la Magistratura, frente a válidos que se movieron en el orden del 42 por ciento. Para el Tribunal Supremo se tuvieron dos elecciones para cada género y, en ambas, ganó el voto válido con un 38% frente a 37 % de los nulos. Para este caso los votos blancos alcanzaron la inédita cifra del 25%.

Casi nadie se percató que habiendo una sola boleta para la elección, no se podían tener diferentes sumas al momento de la realización del computo de votos; lo que sí se podía tener es diferencia en su composición entre votos válidos, blancos y nulos, pero la suma total de votos debía ser igual para las cinco elecciones. En un artículo del prestigioso Julio Aliaga, como también en la participación de la prestigiosa politóloga Jimena Costa, en el difundido programa: "El abogado del Diablo", se señaló esta anomalía. Según cálculos realizados, con información del órgano electoral, se encuentra que la suma de votos en cada una de las cinco elecciones difiere. El total de votos para el Tribunal Agroambiental es de 4,177,470 cuando el total de votos para el Tribunal Supremo Mujeres es de 4,086,690, haciendo una diferencia de 90,780 votos.

Punto más o punto menos el resultado político global de esta sui géneris elección es de empate electoral, que al desagregarlo se observa que en unos casos claramente triunfa el voto nulo y en otros el válido. Es decir, en ciertos sectores de la sociedad se ha impuesto el rechazo al gobierno y en otros su completo apoyo, por lo que se mantiene el empate catastrófico entre revolucionarios del gobierno y los contrarrevolucionarios de la oposición. Además, el voto valido cuenta con el pleno apoyo y reconocimiento del Estado, que es poder.

Para un análisis político de lo acontecido basta con ver cualquiera de las cinco elecciones, porque estadísticamente no se presentan diferencias importantes. Por tanto, nos referiremos a los resultados que dio la elección para el Tribunal Constitucional, instancia que va a tener que pronunciarse si alguien plantea la inconstitucionalidad de estas elecciones.

Vamos a suponer que el voto de las principales ciudades representa al voto urbano y el voto en las demás poblaciones representa el voto rural. Por un lado, el resultado de las diez principales ciudades favorece al voto nulo con un 53,7 por ciento del total de votos contra un 35,8 por ciento de los válidos. Por otro, el resultado en el resto de las poblaciones se invierte, los válidos ganan con un 50,3 por ciento y los nulos pierden con un 31.5 por ciento. Si se extrae la ciudad de El Alto, en el primer caso, el resultado a favor de los nulos sube al 57.6 %.

En verdad, el voto nulo ganó en las ciudades, con excepción del El Alto, en un rango entre el 64,7% que corresponde a la ciudad de Potosí y 46,6% para Oruro. En la ciudad de La Paz se impuso el voto nulo con un significativo 58,6%. Los votos validos en estas nueve ciudades se movieron en un rango entre 39,8 % para Oruro y 20,7 % para Trinidad.

Si se compara el resultado en términos de occidente del país, que es más poblado, con el oriente del país, denominado en algún momento la"media luna", constituido por los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, se tiene que el voto nulo se impuso con un 52,4% frente a un 31,8 de los válidos, y en un rango entre 53,3 que corresponde a Santa Cruz y 48,2 a Pando, mientras los válidos en esta región están en el orden del 30%. Mientras en el occidente del país los votos válidos ganaron en el campo, en los departamentos del oriente del país el voto nulo se impuso tanto en el campo como en la ciudad.

¿Cómo es posible que gente menos informada como es la que vive en el campo, pueda haber votado por gente de la cual no tenía información, y de la ciudad que sí tiene más información no lo haya hecho? Se concluye que quienes emitieron un voto válido lo hicieron por consigna y no porque conocían o tenían preferencia por algún candidato. En esto es importante reconocer que el MAS tiene un eficiente aparato político y con mucha gente que le apoya militantemente, por lo que seguramente votaron así porque les instruyeron sus dirigentes, que son del MAS.

Esta elección se complica porque los elegidos tienen que cumplir funciones citadinas y fundamentalmente para administrar justicia en las ciudades, donde los conflictos son cotidianos, lo que no sucede en el campo. Además, el campo ha logrado el reconocimiento de su justicia comunitaria que poco tiene que ver con las instancias judiciales que se acaban de elegir. Esto políticamente quiere decir que el campo habría nombrado a quienes tienen que hacer justicia a los habitantes de la ciudad, cuando desde hace mucho tiempo la ciudad domina al campo, y no a la inversa, como en su momento lo señaló también el revolucionario Trotsky.

¿Es legal que el gobierno posesione a las autoridades del Organo Judicial, que constitucionalmente debe funcionar de manera independiente a los otros poderes del Estado, cuando los elegidos no alcanzaron la mayoría simple? Cuando la Constitución Política del Estado determina que las máximas instancias judiciales serán elegidas por sufragio universal de aquellos ciudadanos que alcancen la mayoría simple de votos, se debe entender del total de votos, a diferencia de cuando se elige al Presidente del Estado donde el criterio son los votos válidos, porque así taxativamente estipula la Constitución.

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