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Con el conflicto por el TIPNIS
1. Manipulación emocional y desinformación como herramientas para lograr 'adhesión voluntaria' de la ciudadanía (demagogia, fabricación del consenso).
2. Desprecio por el Estado de Derecho y los Derechos Humanos.
3. Manoseo de la institucionalidad democrática, reemplazada por la voluntad autocrática del caudillo y su corte (populista ahora, elitista antes) y reducida a espectáculo circense.
4. Vergonzoso sometimiento de poderes del Estado al Ejecutivo (miembros de poderes mansos convertidos en peones con la dignidad voluntariamente apuñalada).
5. Estado convertido en carroña para alimentar a cortesanos y bribones.
6. Prostitución de organizaciones sindicales, reducidas a agrupaciones amorfas e insípidas, bautizadas como 'organizaciones sociales', con la independencia amputada y los principios alquilados.
7. Altos mandos arrendados, con el uniforme degradado.
¿Cambio? Una vulgar estafa histórica; un salto al pasado con petulante alevosía.
Ni nacionalismo, ni indigenismo, ni ambientalismo: simple y craso afán de poder, ahora para cebar a una fracción de la burguesía informal (principalmente cocaleros) y, como siempre, a intereses foráneos. ¿Cambio? Burdo autoritarismo, a medio camino entre pesadilla y caricatura.
Frente a este fantasma enmohecido, la única acción posible es la UNIDAD, no en torno a un nuevo encantador de serpientes, sino en base a PRINCIPIOS DEMOCRÁTICOS, PROGRAMA PROGRESISTA y LIDERAZGO VISIONARIO Y ALTERNANTE... en ese orden!
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