martes, 19 de junio de 2012

Pobreza y riqueza en la Amazonia (Rio+20)

Alain Muñoz
alain.munoz.h@gmail.com

En la Amazonia conviven altos índices de riqueza natural, étnica, cultural, y hasta económica, con también altos índices de pobreza extrema, desnutrición, mortalidad, desigualdad de género, e incidencia de enfermedades prevenibles. ¿Es real o una distorsión de la forma en como concebimos y medimos culturalmente la pobreza y la riqueza?, cuestionan investigadores.

La Amazonia contiene el mayor bosque tropical del mundo, con una de las mayores diversidades biológicas, étnicas, y culturales. Abarca el 44% del territorio y el 11% de la población de América del Sur, incluyendo 9 países. Genera alrededor de 330 mil millones de dólares como Producto Interno Bruto, basado en minería, ganadería, petróleo, agricultura, y producción forestal, entre otros.

Sin embargo, su crecimiento económico siguió un patrón de boom-colapso, dejando a más de la mitad de su población en pobreza extrema. Por ejemplo, en Bolivia llega al 60%, en Ecuador al 59%, y en Brasil al 42%. Además, la mayor parte de la población económicamente activa trabaja informalmente, sin derechos ni beneficios sociales. Los peores porcentajes de desnutrición infantil en la Amazonia superan el promedio latinoamericano casi 6 y 5 veces (Perú y Bolivia), mientras que en Ecuador y Venezuela es alrededor de 4 veces mayor.

En cambio, la matriculación a la educación primaria en la Amazonia se acerca al promedio latinoamericano en la mitad de los países, y lo supera en el resto. Pero el analfabetismo en mayores de 15 años supera el porcentaje crítico más de 3 en Bolivia, más de 2 veces Brasil, y siempre está por encima del nivel crítico en el resto. El abandono escolar también es alto (40%), al igual que las diferencias entre las áreas urbana y rural. Además, las metodologías educativas no están adecuadas al contexto social y cultural amazónico.

La igualdad de género en matriculación a la educación primaria de la Amazonia ha sido alcanzada, pero no en política, donde escasea la participación femenina. Colombia no tiene mujeres amazónicas en su congreso nacional, Ecuador tiene solo el 7%, Brasil el 12%, y el resto oscila entre el 25 y el 30%. Adicionalmente, el salario de mujeres amazónicas es hasta 40% menos que el de varones con funciones similares. Los datos sugieren alto grado de violencia de todo tipo contra ellas.

Aunque la mortalidad infantil en la Amazonia ha disminuido, mayormente debido a la vacunación, aún es insuficiente. Todavía persisten indicadores muy altos, como los de Bolivia, mayores incluso que los de África. Entre los pueblos indígenas, la mortalidad infantil es aún mayor. La mortalidad materna creció en Bolivia, Brasil, y Surinam y se mantiene alta en el resto de países. La incidencia del VIH/SIDA aumentó en la Amazonia y está entre las mayores 25 del mundo. La tuberculosis y la malaria se mantienen altas, a pesar de haber descendido.

Mas de 3 millones de kilómetros cuadrados son Áreas Protegidas o Territorios Indígenas en la Amazonia (40% aproximadamente). Pero la deforestación persiste, generalmente debida a prácticas económicas ilegales. Aunque existe un gran vacío de información, las estimaciones sugieren que aproximadamente el 72% de la deforestación en la Amazonia ocurre en Brasil, el 13% en Venezuela, el 6% en el Perú, el 5% en Colombia, el 3% en Bolivia, y el 1% en Ecuador.

Los datos fueron presentados en Rio +20 por "Articulación Regional Amazónica" (ARA), una red de 40 organizaciones en 6 países, con capítulos nacionales autónomos, que coordinan actividades pan-amazónicas. Una de ellas fue el estudio "La Amazonia y los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)", una serie de indicadores sociales y ambientales, que los Estados se comprometieron a mejorar hasta el año 2015, en un acuerdo internacional, promovido por la Organización de Naciones Unidas.

CUESTIONAMIENTOS

"Los ODM no alcanzan a medir las reales condiciones sociales y económicas de la Amazonía", afirmaron los autores del estudio. "La medición de pobreza en Amazonía nos lleva pensar que es necesario revisar los criterios y las metodologías de evaluación de la pobreza, particularmente en pueblos indígenas", dijeron.

"La pobreza se cuantifica en base al ingreso monetario y al consumo en nuestro modo de vida", prosiguieron los autores. "Pero la pobreza no esta ligada a una variable económica para el indígena y poblador del bosque", enfatizaron.

"Un indígena puede carecer de dinero y no morir de hambre", ejemplificaron. Para ellos "pobreza es no tener acceso o uso pleno del territorio", remarcaron. Por eso consideran que "hay urgencia de discutir internacionalmente indicadores más adecuados para monitorear el bienestar de los habitantes y los ecosistemas".

"Estos no deben estar basados en el Producto Interno Bruto", enfatizaron al recordar que "los ODM no miden los derechos de los pueblos indígenas, ni enfrentan las causas de los problemas. Mas bien se enfocan en las consecuencias", concluyeron.

Como ejemplos de posibles nuevos objetivos para la Amazonía se mencionaron:

· Se conservan modos de vida y conocimientos tradicionales de comunidades locales indígenas.

· Los niños indígenas reciben educación bilingüe y las familias tienen acceso a información bilingüe.

· Más de la mitad de jóvenes indígenas termina estudios superiores y regresan a sus comunidades.

· Se recuperan o mantienen los niveles históricos de ingesta de proteínas obtenidas por caza y pesca en 2/3 de las comunidades indígenas.

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