jueves, 31 de enero de 2013

EL CORREDOR BIOCEANICO

Oscar Ortiz Antelo
oscar.ortiz.articulos@gmail.com

El corredor bioceánico Atlántico-Pacífico ha sido concluido en el tramo que pasa por Bolivia, gracias a la finalización de la carretera Santa Cruz -Puerto Suárez, la cual permite integrar a la economía de Brasil con Asia por medio de Bolivia y de Chile. Esta obra es fundamental para el futuro de Bolivia y puede tener un gran impacto en el crecimiento de la economía de los tres países beneficiarios. Sin embargo, el Gobierno del presidente Evo Morales parece no tomar ningún interés en que la misma se convierta efectivamente en ese gran corredor de industria, comercio y servicios que debe romper el secular aislamiento del territorio boliviano e insertarnos en los grandes mercados globales del siglo XXI, ineludiblemente vinculados al Pacífico.

De nada servirá tener la carretera pavimentada si no se concretan los acuerdos migratorios, aduaneros y comerciales que permitan la libre circulación de vehículos, mercancías y conductores por el corredor, facilitando la provisión de combustibles, almacenaje y alojamiento, entre otros servicios imprescindibles para el comercio internacional.

Los otros países no pierden el tiempo. En la cumbre entre Latinoamérica y Europa, las naciones que más están avanzando hacia el desarrollo buscan consolidar la integración con los mercados del Pacífico. En las reuniones bilaterales sostenidas entre el presidente de Chile con sus colegas de Argentina y de Brasil, el corredor bioceánico fue un tema de máxima importancia. Incluso, la presidenta Cristina Fernández destacó las ventajas que ofrece su país para el desarrollo de la vinculación bioceánica por Mendoza (proyecto Aconcagua). Sin olvidarnos que ya existe un corredor bioceánico por Perú.

No obstante, Bolivia sigue siendo la mejor alternativa, especialmente para los cuatro estados brasileños que colindan con nosotros: Acre, Rondonia, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, todos ellos grandes productores agropecuarios. Además de la actual carretera que ingresa por Puerto Suárez, se deben concluir los otros ramales del corredor, por San Matías, Guayaramerín y Cobija, así como las vías que conectan por Oruro hacia otros puertos de Chile, como Iquique. El conjunto del país se integraría y progresaría.

Deberíamos ser los más interesados. Si tan solo el Gobierno dedicara una pequeña parte del esfuerzo internacional que despliega por la hoja de coca para la promoción del corredor bioceánico, habríamos dado un paso gigante hacia nuestro desarrollo.

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