Neo fascismo tribal
Cynthia Perou G.
Recuerdo con mucha admiración, un artículo inmaculadamente redactado por Cayetano Llobet sobre la tribalización de las estructuras sociales en Bolivia. Llobet teorizaba brillantemente cómo en nuestro país se habían generado "tribus" corporativas de diversas organizaciones, constituidas en una especie de supra poder que sobrepasa a las posibilidades del propio Estado y, de hecho, condicionan su accionar y llegan a someter al bien común en defensa de sus intereses sectarios.
Como un país del África subsahariana, Bolivia se ha convertido, desde su fundación, me atrevo a adivinar, en una serie de tribus sociales y territoriales que, junto a una incompetente clase gobernante, nos tienen a todos donde estamos. En efecto, considero indiscutible el peso de estas tribus corporativizadas y las incontables limitaciones políticas de la clase dirigente, como dos de las más importantes variables de nuestra postergación económica. Mucho más que la pérdida de la salida al mar.
A dónde miremos y por donde vayamos, nos encontramos sitiados por estas tribus corporativas. Choferes, panaderos, maestros, policías, militares, médicos, abogados, contrabandistas, gremiales, cocaleros, empresarios, banqueros, mineros cooperativistas, etcétera. No me malinterpreten, no me opongo a la organización civil o sindical de la sociedad; me opongo a la afiliación obligatoria, al "sindicato único" a la única confederación, es decir, al corporativismo neo fascista y por tanto antidemocrático.
No se puede discutir sobre la imperiosa necesidad de abolir el servicio militar obligatorio, porque los militares amenazan con "tomar medidas"; no se puede hablar de la discriminación en las fuerzas armadas o la Policía Boliviana, quienes mantiene castas y estructuras más arraigadas que en la India. No pueden haber cinco confederaciones de nada. Todas son confederaciones "únicas" de trabajadores fabriles, mineros, campesinos, y otras.
No permitimos la asociación sindical de Policías ni empleados públicos, porque el poder del Estado "necesita" que así sea. No podemos demandar mala praxis al cuerpo médico, porque nos dejan sin atención por el tiempo que quieren. Estas corporaciones (colegios profesionales) protegen y defienden a sus afiliados por encima de todo. Saben ¿por qué? Porque en cualquier momento uno de ellos será el siguiente. Hoy por ti, mañana por mí.
Criticamos mucho las carencias democráticas del Estado nacional, pero salimos a la vida y lo primero que buscamos es afiliarnos a cualquier entidad corporativa que vaya a proteger nuestros intereses, por encima del bien común. Ese es el pecado.
Construir un Estado de Derecho, no empieza por legislar y pensar que así se han resuelto los problemas; el Estado de Derecho se construye desde la visión de la democracia en todos los quehaceres de la sociedad. Se construye bajo el manto del imperio de la ley, no negociando que grupo corporativo va a cumplirla y cual no. Se me ocurren una serie de ideas para cambiar las cosas, pero podrían acusarme de subversiva o, peor, terrorista y la verdad no tengo ambiciones gubernamentales… por ahora.
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