Si bien es cierto, Bolivia sea adaptado a transformaciones profundas asumiendo periodos distintos en cuanto a las formas políticas que aseguraron el predominio de ciertos grupos, estos procesos estuvieron acompañados por la vía autoritaria y centralista. A partir de la puesta en marcha de la democracia, el papel protagónico que la sociedad ha desarrollado es la cobertura de mecanismos absolutamente legítimos como ser la participación y la inclusión que expresan garantizar la alternancia en el poder.
Hay un largo camino que recorrer para transformar la idea democrática en algo compatible con la necesidad de cambios estructurales y sin desfigurarla (Fernando H. Cardozo).
La propuesta al interior del MAS sobre una probable intención de prorrogismo, que no resuelve la remoción de liderazgo alternativo viable, denota no estar dispuestos a nominar un sucesor de las organizaciones sociales sindicales que sustentan el instrumento. En esta circunstancia el prorrogismo abre las compuertas a posibles y apremiantes cambios estructurales.
La cuestión es endiabladamente compleja, por una parte los oficialistas aseguran la existencia de dispositivos que fomentan las condiciones de lanzar nuevamente una repostulación que permita acariciar un mandato indefinido bajo el signo diseñado de utopía y por otro lado involucra principalmente al grado distinto de conciencia mancomunada, sobre el carácter de nuestra realidad que no concibe arribar al mismo puerto.
La unidad en la diversidad permite el intercambio de visiones, la cooperación entre si y la solidaridad de todos, con esta premisa la ciudadanía planteó la imprescindible urgencia de cambiar la estructura gubernamental, esta demás decir que el descontento y el engaño es una potencia impactante capaz de dar respuestas precisas, del mismo modo se tiene que salvar la batalla electoral, donde cada individuo ejerció su derecho constitucional.
Se hace patente la necesidad de formar verdaderos partidos con organización, disciplina y programa que faculte la participación en actos electorales con el propósito de diferenciar el esquema regular de mayorías y minorías en el contexto nacional., no es quimera ni especulación, de hecho el país tiene que asumir el compromiso de preparar el post evismo.
En lo referente al fenómeno de la justicia es preciso poner mayor énfasis en la conversión funcional, impulsar un ambicioso proyecto que cumpla la misión de transparentar e inspirar designios de una democratización conformada por una atmósfera de credibilidad y agudeza política. La justicia requiere de una reforma que nazca de una profunda y enérgica formula mágica que elimine las viejas concepciones que impidan la injerencia política a fin de evitar el estancamiento y la burocratización. Asimismo, contribuir a dilucidar los grandes conflictos que presenta la sociedad tanto en las formas abstracta y concretas, tomando en cuenta que la justicia es un imperativo moral.
Otro tema desafiante que ha aflorado responde a un poderoso recurso como la cadena perpetua, máximo castigo para los agresores sexuales de niños , niñas. Lamentablemente el estado crea, dicta e impone leyes considerando adecuadas y precisas sin tomar en cuenta que la aplicación de estas medidas no son acordes en la mayor parte, circunstancia que permite canalizar el carácter clientelar o punto critico que se desliza en la diferencia que presenta el paisaje de nuestra sociedad, dando por hecho que libraría a los poderosos enquistados en privilegios y la falta de autoridad moral para los sectores vulnerables.
Carmen Buitrago
Politologa
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