miércoles, 1 de abril de 2009

DESDE LEJOS, HASTA 1825

Carlos Hugo Laruta Bustillos
chlaruta@hotmail.com

Las primeras culturas bien conformadas que habitaron antiguamente la altiplanicie de los alrededor de El Alto, fueron las culturas Wankarani y Chiripa en el periodo formativo y más tarde la cultura Tiwanaku-Huari, de habla puquina. Posteriormente, grupos de habla aymara, en forma de señoríos locales, tomaron el control del territorio, entre los cuales podemos mencionar al señorío de Pacajes y el de Omasuyos.

En el siglo XIII, el cacique Tintuyo (de Pacajes) eligió territorio alteño, para intentar frenar los afanes expansionistas del Imperio quechua de los Incas; habiendo sido derrotado por Huayna Capac, éste inició con ello el control político, social y cultural quechua de este territorio. Posteriormente, los Incas Tupac Yupanqui y Huayna Cápac pasaron con su ejército por este territorio, ratificando el sometimiento del área y recolectando oro para los palacios de Cusco.

En 1534, las tropas de Diego de Almagro, en la conquista del Kollasuyo, cruzaron el río Desaguadero y se asentaron temporalmente en El Alto. Posteriormente, Francisco Pizarro visitó la zona altiplánica y desde la Ceja observó el territorio circundante, tomando posesión de su repartimiento, pues planeaba asentar su marquesado desde el Lago Titicaca hasta los Yungas.

En 1548, el 23 de octubre, Alonso de Mendoza, divisó desde la planicie de El Alto, la hoyada donde decidió establecer la Ciudad de La Paz. Hacia 1675, cuando La Paz tenía 12.600 habitantes, casi todos en los lavaderos de oro de los ríos Choqueyapu y Orkojahuira, la Ceja de El Alto ofrecía la entrada hacia la ciudad que era a la vez camino para los que iban hacia Lima, sede del Virreynato del Perú, con una primera posta en el “Alto de Lima”, actual zona Alto Lima (Distrito 6 de la ciudad de El Alto). Otra importante vía que pasaba por El Alto, se dirigía hacia Oruro y Potosí y con ramal al puerto de Arica, por donde se enviaba mineral a España, lo que hoy es Villa 12 de octubre, el monumento al Sagrado Corazón de Jesús y el Faro de Murillo.

En 1781 Tupak Katari, liderizó un cerco a La Paz. Estableció su cuartel en la Ceja y los enfrentamientos con el ejército español se realizaron en varios espacios cercanos a la misma Ceja de El Alto y en Ventilla (hoy Distrito 8). Y pocos años después, los levantamientos criollos y mestizos en la Guerra de la independencia, tuvieron como parte del territorio estratégico a lo que hoy es El Alto, pues desde 1811 hasta 1825 la Ceja de El Alto y sus 2 ingresos a La Paz, permitían la comunicación de la pequeña ciudad de La Paz con los movimientos libertarios que se estaban gestando en otras regiones como Chuquisaca o la coordinación de acciones con Larecaja, Inquisivi y Zongo.

Ya en la república, a la llegada del libertador Simón Bolívar, éste fue recibido en la Ceja de El Alto por el Cabildo de La Paz y le ofrecieron un corcel enjaezado con oro y un festival de danzas indígenas con trajes de plumas y pieles de vicuñas, jaguares y zorros, ingresando todos juntos luego hacia la hoyada paceña.

Mucha historia en lo que hoy es parte de la ciudad de El Alto. Mucha policromía de personajes y acontecimientos. Mucha diversidad en sus hechos y resultados históricos. Todo lo descrito ocurrió en parte del territorio que hoy ocupa esta joven ciudad de 24 años llamada El Alto. Una historia contada hoy, desde lejos y hasta 1825.

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