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¿Cuál el propósito de hacer demostraciones de fuerza? ¿Entre quienes viene la lucha? En una reciente cumbre del ALBA llevada a cabo en Caracas, el Presidente Chávez encabezó un desfile militar, "con 250 tanques, decenas de aviones F-16 y flotillas de Sikhoi, y que contó con la participación de FFAA de Venezuela, Cuba, Bolivia, Honduras y Nicaragua." En Bolivia, el gobierno del MAS viene promoviendo, marchas militares, cada año alternativamente en las diferentes capitales de departamento con motivo de la efemérides nacional, y de manera conjunta con los "originarios" y los movimientos sociales. Este año se llevó a cabo en Oruro. Mientras sobrevolaban aviones de la fuerza aérea, la gran concurrencia, que se dio cita para disfrutar del espectáculo, entre sorprendida y emocionada, aplaudió el paso marcial de los militares, luego de transcurridas tres horas de desfile de indígenas y de los movimientos sociales que, destacando lo cultural, "portaban banderas nacionales, wiphalas, luciendo mantas, polleras, pantalones de bayeta, sombreros, ponchos, tipys y túnicas".
Bolivia al reconocerse como un Estado Plurinacional y dejar de ser república sustituye el concepto de ciudadano por el de etnia, y encierra el peligro del enfrentamiento entre sus "naciones", por intereses económicos, recursos naturales, límites territoriales, diferencias culturales e ideológicas, amén de la ya conocida y creciente beligerancia que existe entre el occidente y el oriente del país.
En este contexto, es grave la decisión del gobierno de trasladar gente campesina de la parte occidental del país hacia la parte oriental, para que fijen residencia, porque esto será considerado como un acto colonialista, de invasión de las "naciones" altiplánicas sobre las "naciones" existentes en el oriente boliviano. El epitafio está escrito: Bolivia confirma su fracaso histórico de constituirse en una nación, a lo sumo es la suma de departamentos.
El surgimiento reivindicativo de los pueblos indígenas, apoyados por los movimientos ecologistas contestatarios de Europa y de sus redes de ONGs, se están convirtiendo en el aliado natural del mundo islámico, la principal civilización contestataria a la occidental. En Venezuela los indígenas Guayú están siendo convertidos al Islam y el gobierno de Chávez les ha conferido autonomía. Las reivindicaciones indígenas, que han surgido con mucha fuerza en Bolivia, tienen claras ramificaciones en Perú y en Ecuador.
El socialismo y el nacionalismo como motivo de conflicto perviven en el alma de muchos hombres. Lo que ha cambiado es de ropaje. Hoy la justificación ya no es la explotación de la clase obrera, ya no es la "explotación de los incluidos" ni la lucha contra el capitalismo. El discurso ha variado, ahora se habla de los "excluidos", a secas, y se lucha contra el "neoliberalismo". Cabe preguntarse ¿excluidos de qué? La respuesta contradictoria parece ser que es de los "beneficios del capitalismo" y/o de los privilegios estatales. Como antes se quería sustentar la ideología en una aparente verosimilitud científica, que es el marxismo, hoy, la revolución se viste con ropaje de "ecologismo", que culpa al sistema capitalista mundial de todos los males ambientales; del "indigenismo", del "culturalismo", cuya ideología es la del "buen salvaje", a los cuales hay que sumarle parientes cercanos como son los movimientos "antiglobalización".
La ideología del "buen salvaje", del "vivir bien" implica oponerse a la modernidad, a los tratados de libre comercio, a la explotación de los recursos naturales, a la extracción de hidrocarburos y mineros, que son fuentes de prosperidad para países pobres como Bolivia, y para sus poblaciones indígenas que paradójicamente se oponen, porque están siendo manipulados por posiciones ecologistas extremistas. Un reciente Encuentro Nacional de las organizaciones indígenas originarias campesinas del país, ante "los inminentes conflictos socioambientales en nuestros territorios", el día 8 de julio de 2009, resolvió "la paralización de las actividades mineras en los territorios indígenas", y en cuanto a hidrocarburos exigieron "la nulidad de los procesos de consulta desarrollados omitiendo y vulnerado los derechos". Y para ambos casos resolvieron la participación de los pueblos indígenas en la elaboración de reglamentos ambientales. También sostuvieron: "Exigimos respeto a la pachamama y lugares sagrados, la conservación de la biodiversidad, agua, suelo, lagos, ríos y otros recursos naturales en todo el territorio nacional, restringiendo el desarrollo de actividades hidrocarburíferas y mineras".
En los prolegómenos de la guerra revolucionaria se están utilizando todos los instrumentos que les permite la "democracia formal". Se judicializa la política y se politiza la justicia, para eliminar cualquier oposición que se la criminaliza. Se hace de las elecciones y de los referéndums los medios para "formalizar" los cambios revolucionarios, para relativizar los derechos individuales y de las minorías y sustituirlos por los "derechos colectivos". Se utilizan populistas políticas distributivas de ingresos para obtener el voto y el apoyo de los pobres que siguen siendo mayoría en todos los países no desarrollados. Los organismos internacionales, que se han convertido en guaridas de los izquierdozos y socialistas del siglo XX, también están jugando el papel de apuntalar a las revoluciones. Mientras el Presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas, este año, el nicaragüense sandinista Miguel D´Escoto y el actual Secretario General de la OEA, están a disposición de la lucha revolucionaria en América Latina, desde sus altos cargos en la burocracia internacional, Alvin Toffler, ubica, a estas organizaciones internacionales, entre las instituciones muy rezagadas, porque se mueven a "una velocidad de 10 Km. por hora", cuando las empresas en los EEUU lo hacen a "160 Km. por hora".
Las guerras requieren de líderes que padecen la enfermedad de la megalomanía, como los varios que hoy gobiernan países de América Latina, y son mesiánicos. Estos tienden a ser dictadores que creen sus propias mitologías. En opinión de Borges: son los intoxicados de Dios e inspirados en él, reyes por ley natural que postulan la misión divina del héroe, haciendo inevitable que la gente los considere libre de obligaciones humanas, como el líder a si mismo.
El discurso ideológico, que busca la adhesión en América Latina, se basa en hacer creer que los "excluidos y dominados de ayer", están llegando al poder para dominar de ahora en adelante. Sus líneas maestras hablan de la descolonización, revolución democrática cultural, estado comunitario, lucha antioligárquica, lucha antiimperialista, contra el imperio del mal que sería EEUU, lucha contra las transnacionales, socialismo del siglo XXI, opción preferencial por los pobres. Y se utiliza de manera masiva las modernas técnicas de publicidad capitalista, la televisión y el Internet para posicionar el discurso del "cambio".
Históricamente la región latinoamericana mantiene conflictos no resueltos por reivindicaciones territoriales, y marítimas, como es el caso de Bolivia. A esto se suma otros conflictos que están surgiendo entre los Estados latinoamericanos, lo que puede ser calificado de caldo de cultivo para tensiones mayores que puedan terminar en una conflagración regional. Mientras el Gobierno Venezolano tiene la intención de interrumpir el comercio altamente favorable a Colombia, éste actualiza un acuerdo de seguridad con EEUU.
En 1992 Samuel Huntington escribió un provocativo artículo que se tituló: The clash of civilizations?, tiempo en el cual, en Bolivia, se veía caminar a originarios e indígenas en la "Marcha por tierra y territorio". En 1997, Huntington desarrolló las ideas de su inicial artículo en un libro que en castellano se ha traducido bajo el nombre de "El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial".
La hipótesis básica de este libro es que la política mundial se está configurando en torno a aspectos culturales, porque la gente se identifica con su etnia o su religión, las identidades cohesionan y las diferencias desintegran y entran en conflicto. La pretensión universalista de la civilización occidental -con sus ideales de democracia representativa, libertad, derechos humanos individuales, majestad de la ley y la separación entre Estado e Iglesia- entró en conflicto con otras, en particular con la del Islam. Al surgir el conflicto entre civilizaciones diferentes sólo las sociedades que comparten afinidades culturales cooperan entre sí. La experiencia está demostrando que: "los esfuerzos por hacer pasar sociedades de una civilización a otra son infructuosos y los países se agrupan en torno a los Estados dirigentes o centrales de sus civilizaciones". Su recomendación final es que hay que evitar "una guerra mundial de civilizaciones".
Si en la ilustre Europa detonó dos grandes conflagraciones en la primera mitad del siglo XX ¿Por qué no puede ser ahora en América Latina?
Muy bueno el articulo que haz desarrolado.
ResponderEliminarLas demostraciones de fuerza sin duda estan dirigidas a todos losmovimientos contrariosalgobiernoyademas,afortmarunespiritu de cuerpo,similaralqueveiamos enlasgrandesdemostracionesde