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Con una oposición reducida, carente de liderazgo y programa, Evo Morales ahora tiene el grave problema de satisfacer las necesidades vitales de los hambrientos que inmediatamente, pedirán fuentes de trabajo, pan, seguridad social, sueldos que les permita vivir en condiciones humanas y esa inmensa masa de indígenas, exigirá tierra y todo lo que se les ha prometido demagógicamente. Morales ya no tendrá la excusa del bloqueo de la oposición en el parlamento y muy pronto se mostrará de cuerpo entero como lo que realmente es, un gobierno despótico que, -para garantizar el orden constitucional- tendrá que recurrir a la violencia contra necesitados y pobres.
La impresionante votación obtenida el 6 de diciembre le asegura al partido gobernante los dos tercios en ambas cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional y tiene el camino libre para gobernar sin oposición; le permitirá aprobar cómodamente todas las leyes reglamentarias de aplicación de la nueva Constitución y decidir la estructura del Poder Judicial. De este modo, Evo Morales tendrá el control total de los tres poderes del Estado, desapareciendo la ficción formal de "la independencia de poderes"; según los "constitucionalistas", desaparece la esencia que garantiza la democracia en un Estado de Derecho.
El discurso de Morales en la Plaza Murillo, fofo y vacío de contenido político, no fue más que la confirmación de su política facistoide y explotadora. La nueva gestión de Evo Morales asentuará su política explotadora y chocará con las ilusiones de un pueblo necesitado que han caído en el engaño del "proceso de cambio" creyendo que con el poder absoluto Evo Morales desarrollará una política revolucionaria.
Pensar y decir que el proyecto de Evo Morales es socialista, comunista y revolucionario es un absurdo carente de honestidad intelectual, son los explotados y vilipendiados quienes sienten el dolor de la expoliación y el hambre en su cotidiano vivir.
Los hombres han sido siempre engañados en política, victimas necias del engaño de los demás y del engaño propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase.
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