YPFB y ENARSA firmaron un contrato de venta y compra de gas el 19 de octubre del 2006 con fecha de inicio del 1/01/2007 y una duración de 20 años. Este contrato fue incumplido por ambas partes, hasta que en una revisión conjunta en abril del 2009, se resolvió modificar y complementar el contrato mediante un adenda, documento que se suscribió 26 de marzo pasado en Sucre.
Los últimos dos años, la ejecución del contrato había entrado en un estado de total inoperancia. YPFB enviaba pequeñas cantidades, menores a las contratadas, de forma irregular y ENARSA tampoco acometía en forma sostenida la construcción del gasoducto necesario para transportar los volúmenes acordados. En que estado están las cuentas por esa exportación, es algo no públicamente conocido.
El problema radicaba en el calendario de entregas del contrato que especificaba el llegar a una exportación de 27. MMm3/d en 3 años. Ese tiempo era totalmente irreal para ambas partes, se debía lograr producción nueva y también desarrollar un mercado inexistente. Lamentablemente, este suministro de gas tan importante y necesario para el productor y comprador fue manejado políticamente desde su inicio. El adenda recientemente firmado muestra una clara intención de llevar a cabo el emprendimiento en tiempos razonables para que el vendedor pueda tener la producción en forma oportuna y que el comprador pueda desarrollar el mercado final de destino, el noreste argentino, y proporcionar la seguridad de pago.
Por otro lado, en forma muy cauta, mediante el adenda, las partes prescinden de las sacramentales cláusulas de "take or pay" y "delivery or pay" y las sustituye con volúmenes mínimos de entrega y de recepción. En el caso que el vendedor no cumpla con esos mínimos, es multado con el valor del 15% del valor del volumen faltante y para el comprador la multa es del 3% del valor del volumen no tomado. Estas medidas son muy tibias en el mercadeo internacional de gas. Indudablemente son fruto del desorbitado optimismo del contrato original.
Mas aun, las partes acuerdan volúmenes mínimos diarios estacionales, definiendo invierno como 5 meses y verano como 7 de los doce del año. Para mayor ilustración, se adjunta el Anexo D del adenda que muestra la evolución de las cantidades contratadas y las garantizadas. En esta tabla se puede apreciar que la cantidad contratada es CDC. La cantidad mínima que el productor debe entregar es CDG1, y la cantidad que el comprador está obligado a tomar es DCG2. Como se puede apreciar CDG1 y CDG2 son prácticamente iguales y también ambas son una fracción de la cantidad contratada CDC.
El pago puntual de ese calendario de entregas está siendo garantizado por cartas de crédito irrevocables ante el Banco de la Nación Argentina a favor de YPFB por los próximos 5 años, periodo que puede ser extendido.
La figura de garantías mutuas del cauto y paulatino aumento de volúmenes y seguridades de pago, ha sido mejorado, según informes de prensa, con la firma de un acuerdo con YPFB por parte de Repsol, British Gas Bolivia (BG) y Pan American Energy (PAE) de ejecutar inversiones en los campos Margarita y Huacaya, para elevar la producción.
El problema de transporte ha sido solucionado con la construcción simultánea del Gasoducto de Integración Juana Azurduy de Padilla (JAP). Este ducto tendrá dos tramos, el boliviano de 15 Km . hasta el punto de entrega en la frontera y el argentino desde ese punto hasta la estación de compresión Campo Duran en la Argentina.
En Bolivia será el tramo definitivo para todo el contrato. En la Argentina será el primer tramo del gasoducto del noreste. La construcción del JAP debe estar concluida hasta el 1º de mayo de 2011.
El adenda modifica algunos puntos específicos del contrato que continua vigente. Esta situación amerita algunos comentarios:
1. El calendario de entregas se inicia el 1º de mayo de 2010, llegando a 27.7 MMm3/d el 2021. En el contrato original se debía llegar a los 27.7 MMm3/d el 2010. Lo anterior significa que se venderá menos gas de lo que se pensaba al suscribir el contrato. Con la tabla del Anexo D se habría dejado de vender 33.726 millones de metros cúbicos. Asumiendo un precio promedio de $us 6/MMBTU, se estima que hubieran representado un ingreso bruto de $us 7.152 millones, que se estarían dejando de percibir.
2. El contrato sin adenda especificaba claramente que la venta a ENARSA gozaba de 3ª prioridad. Primero consumo interno, segundo contrato YPFB-PETROBRAS y tercero el contrato con ENARSA. El adenda ha cambiado la redacción de la cláusula 3.8 del contrato, a "una razonable prioridad o proporcionalidad, según corresponda, frente a terceros países". Añadiendo que las prioridades estipuladas en los acuerdos de entrega a suscribirse por YPFB por campo y mercado que respaldaran los volúmenes del Anexo D. Lo anterior parece necesario porque ya no existen los contratos "back to back" que eran la garantía de producción para las entregas de gas como ha sido con el GSA hasta la fecha.
3. No ha dejado de llamar la atención el costo del tramo boliviano del gasoducto JAP. El costo estimado es de $us 2.87 millones/Km. En un recorrido sin grandes dificultades geográficas o topográficas, parecería excesivo. El gasoducto al Brasil, obra vendida, costó menos de $us 1 millones/Km., en un ducto que tienen dos cruces mayores de río y atraviesa el Pantanal, utilizando tecnología muy depurada y costosa de conservación medio ambiental.
4. La suscripción del adenda y los compromisos de inversión en Margarita y Huacaya no son la solución total para la ejecución del contrato. Mostrando gran cautela, las partes señalan el inicio este próximo 1º de mayo y mantener una entrega mínima de 5 MMm3/d, por un año. La conclusión y puesta en marcha del gasoducto de integración Juana Azurduy de Padilla con mayores volúmenes el 1º de Mayo del 2011, constituye una fecha clave.
5. El adenda es un documento cuidadosamente elaborado y pretende ser un documento operacional, alejado de la fanfarria política que acompaño la suscripción del contrato original.
6. Finalmente, es destacable que el texto del adenda esta circulando en Internet a los seis días de haber sido firmado. Es un progreso notorio hacia la transparencia en el manejo del sector. Esta transparencia seria mejorada si se hicieran públicas las cartas de compromiso de inversión que soportaran el aumento de producción necesarios.
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