viernes, 28 de mayo de 2010

TENGO ESPERANZA QUE EXISTE... EL DIA

Lavive Yáñez Símon
lavivey@hotmail.com

Cuanto odio encarnan las palabras de José Lanmza Delgado, es como si toda la maledicencia de aquellos personajes que el mismo describe, se hubieran encarnado en su alma esperando el momento preciso para atacar como buitres atacan la carroña para sobrevivir.

Ese odio descrito en su artículo UN DIA COMO…HOY ¡!! no da esperanzas que estos nuevos personajes puedan lograr el tan ansiado y burlado cambio, digo burlado porque así como van las cosas, en cinco años de gobierno, solo he sentido resentimiento y rencor en el ambiente, ninguna acción comprometida con la gobernabilidad en la humildad y sabiduría que deben tener quienes nos gobiernan.

Paralizada, pobre Bolivia, a merced de los vende patrias, antipatrias y secesionistas y de los animales representantes de los nuevos piensa diferentes en el demagógico slogan, Bolivia Cambia.

Exterminio y desolación, no es progreso. Tampoco son, las salvajadas, como resultado de las políticas del cambio, en la muerte de 4 policías a merced de pobladores de Uncía que con garantías constitucionales ejercen la mal entendida justicia comunitaria; los linchamientos de ciudadanos en manos de quienes garantizan la seguridad y el orden y puedo seguir enumerando una larga lista de desórdenes y trasgresión a las leyes que corrompen el Estado.

Frente a estos hechos, un gobierno débil, amedrentado por el indigenismo y secundado por el narcotráfico, mostrando claramente su complicidad con los delitos por la ausencia de Estado que le exige la defensa del voto concentrado en esta región del país. Si estas acciones fueran perpetradas en cualquiera de los departamentos que no apoyan las hipócritas políticas inclusivas y de derecho del MAS, el poder del gobierno se hubiera hecho sentir con alevosía y premeditación como lo viene haciendo desde sus inicios.

Yo soy opositora a cualquier acción que no respete los derechos y la dignidad del ser humano, también como usted amigo Lanmza, tengo memoria, pero le aseguro que mi memoria me servirá para no cometer ilícitos, ni ser cómplice de los mismos, en representación de la inclusión y la defensa de derechos que muchos no se han ganado. Esta memoria me servirá para que el pasado infeliz no me aprisione en la infelicidad, porque el resentimiento històrico, no deja cerrar las heridas del presente.

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