miércoles, 4 de agosto de 2010

Administracón de “Tiempos politicos"

Guillermo Capobianco Ribera
memocapobianco@gmail.com

La geografía, la historia y el "destino" hicieron de Bolivia un territorio de convergencia, de unidad y de síntesis en y desde el corazón de América del Sur.

Quienes votaron por el Presidente Evo Morales supusieron, erróneamente, que su Proyecto además de democrático, que ya no lo es, tenía la conciencia geopolítica que aún no la tiene ni la demuestra y se posicionaría por muchos años, tal vez décadas, en el mando político y gubernamental de la Nación.

A pesar de la existencia de documentos oficiales previos al 22 de enero de 2006 cuando el Presidente, investido del mando supremo en el Congreso, cruzó la calzada e ingresó a Palacio tomando por "asalto institucional" el control político de las Fuerzas Armadas, la ciudadanía aún no creía en las premoniciones por considerarlas fuera de la realidad y del sentido común.

Desde aquella histórica fecha, el Presidente y su régimen socialista comunitario no ha hecho otra cosa que transgredir los principios más elementales de la ciencia del poder entre los cuales se encuentra el de la consolidación y la reproducción del mismo.

En torno a este tema la ciencia política habla de saber administrar con inteligencia y pertinencia los "tiempos politicos"; algo que el gobierno y régimen actual pretenden implantar por la "fuerza normativa" de una Constitución sin consenso.

Por su ubicación geográfica estratégica Bolivia, sea cual fuere la naturaleza de su estado o su gobierno, tiene una dependencia importante del factor externo.

Eso aconteció con el régimen del MNR cuya base social de sustentación social y electoral, amén de la vigencia del sistema corrupto de la "democracia del cero", fue víctima de la contundencia del factor externo que golpeó bajo los auspicios del Pentágono Norteamericano "para no permitir nunca más una nueva Cuba".

El MNR; que debió haber permanecido en el ejercicio del gobierno por lo menos veinte años, sólo estuvo doce interrumpiendo un proceso de cambio estructural que el régimen actual se empecina en no reconocer cuando, entre otras cosas, instituyó el "voto universal" con el cual el Presidente Morales "capturó" la banda presidencial.

La geopolítica mundial está cambiando vertiginosamente.

En Brasil, todo el mundo lo dice, el PT, partido del Presidente Lula, presumiblemente no ganará las elecciones de octubre pero aplicará una dura política de estado en el urticante tema del narcotráfico y el terrorismo.

Brasil es ya un liderazgo consolidado a nivel mundial y Chile una economía boyante gobernada por su poderosa burguesía gracias, entre otras cosas, a los recursos naturales que le arrebató a Bolivia el siglo antepasado bajo los auspicios del imperio inglés.

Por la caótica situación reinante, rumbo a un potencial estado de ingobernabilidad, todo hace suponer que la mala administración de los tiempos politicos y las tendencias predominantes en America del Sur y en el mundo, el gobierno, no así el proceso de cambio que desató, tendría sus días contados.

¿Qué podría sobrevenir?

"Esa es la cuestión".

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