miércoles, 4 de agosto de 2010

LA OPOSICION A LA EXPLOTACION DEL SALAR DE UYUNI HACE 18 AÑOS ATRAS

Jaime Chumacero López
jchumacer@yahoo.com

Cuando sali de Potosí, para estudiar en la UMSA, salí con varias angustias dentro de mi ser, una de ellas se debia al desarraigo, la otra a la incertidumbre del futuro, una otra de separarme de la seguridad de mi hogar con mis padres y mis hermanos, la otra lo eterno... de dejar a la mujer amada , uno otro era el dejar a la ciudad, la misma que la recorri desde pequeño desde un extremo a otro, caminando y creando en mi mente historias miles en las que mi heroicidad hacian que dicha ciudad se encumbre entre las mejores del mundo; caminaba incluso hablando en voz alta, sin importarme que la gente me escuche, solo me interesaba mi sueño y querencia a la tierra, la misma que tal vez brotaba como acto de respuesta al eterno olvido, a la eterna explotación sin retribución alguna.

Una vez establecido en La Paz y arrebatado por esta ciudad, con sus secretos, pero tambien con su invitación a ser descubierta, con esta bulliciosa pero a la vez temerosa forma de hacer política recien recuperada a la dictadura, confieso fui tragado por una boragine de vida agitada, que no dejaba pensar en el pasado y si mas bien animarle a un futuro totalmente diferente al vivido anteriormente, la nueva ciudad para mi, se encontraba abierta a ser poseida, todo en ella era posible, los prejuicios de pueblo pequeño no existian, tan solo si eras capaz, podias trabajar de lo que sea, o desarrollar actividades disimiles sin ser reprochado por nadie, ser musico, ser teatrista, ser bohemio, ser jugador a punto de ser atrapado en el vicio, todo estaba en tus propias manos, tu lo decidias todo, confieso que mi amor inicial por Potosí se eclipsó.

En esos iniciales años de recuperación de la democracia, en Potosí se sufrio una terrible sequia, la gente debia ir caminando penosamente, por varias cuadras con baldes o latas de agua acarreadas de los vagones del tren, desde la Estación de Ferrocarriles y llevar desde ahí con destino a su casa cuidando de no derramar ni una sola gota de agua; luego vinieron los años tortuosos de las colas sin fin, con un dinerito que se volaba de tus manos y no te alcanzaba para nada, con una incertidumbre atroz, de no saber si mañana tendras la seguridad de alcanzar a comprar, con lo que tenias, lo mismo que compraste hoy; pero aún lo peor estaba a punto de llegar.

A título de Bolivia se nos muere, se encumbro la política del Neoliberalimo, se aprobo el techo polítco macroeconómico que actualmente sigue vigente, la Nueva Política Económica se instauró, hubo un intento de pararlo con una marcha de mineros, con destino a la ciudad de La Paz, la misma que fue dispersada y los mineros fueron devueltos en camiones y volquetas a sus distritos, trizte final para el único y glorioso proletariado que hizo historia desde los Barones del Estaño, hasta precisamente esa derrota histórica; luego vino la relocalización, y precisamente esta medida fue el tercer desastre de un Potosí que vivio año tras año las viscisitudes más grandes.

Si bien yo habia salido de Potosí, con fines de estudio, los que me siguieron salieron expulsados y frustrados por esos tres apocalipticos sucesos: sequia, hiperinflación y relocalización; faltaba más, la ciudad que en un 70% de sus trabajadores dependian de COMIBOL, de un zarpaso dejaba esta condición, las viviendas eran vendidas y casi regaladas, la vecindad dejo de ser tal, ya que todos sus vecinos ya no eran más, apresuraban el paso para irse de la ciudad de Potosí. Tal especie de desolación se vivio en la otrora, opulenta ciudad.

Como consecuencia de esto vino la inseguridad, la incredulidad, la tristeza, la desolación, lo que anteriormente fue sinónimo de riqueza, con su representación el Cerro Rico, dejaba de serlo, lo que se considero como eterno, ahora ya no lo era, y de sopeton!!!, les viene la noticia de la existencia de una otra inmensa riqueza, quiza más rico aún que el mismo Cerro Rico, el salar de Uyuni y con ello la existencia de una empresa Transnacional dispuesta a explotarla; los pocos potosinos que quedaron en tierra potosina, unanimente dijeron...no!!!, se opusieron totalmente, si uno preguntaba el por qué de su oposición, tan solamente escuchaban un No y No, sin porques algunos. Ahora entiendo que semejante unión ante un No tan tozudo, provenia de ese interior profundo, imposible de explicar pero que respondia a la impotencia, a la rabia contenida, de ese vivir azaroso sin futuro claro; por lo menos tenian la decisión sobre algo que no comprendian ni entendian, pero lo fresco de lo malo recien pasado les obligo a decir No!!!.

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