miércoles, 8 de septiembre de 2010

¡Que Inocente!

Flavio Machicado Teran
flavio@graffiti.net

Socializar las nuevas leyes es una gran iniciativa del Ministerio de Justicia, debido que educar al pueblo sobre los principios enarbolados en la Constitución permite al soberano entender cuál es su propia voluntad. En mi caso, admito ser un soberano ignorante. Temo que no estoy entendiendo muy bien el espíritu de leyes que se suponen han sido construidas para luchar contra la corrupción. Es posible que mi confusión de deba a que nunca me enteré que el Banco Unión fue adecuadamente auditado. ¿O es un delito exigirle cuentas claras a un Banco que supuestamente también me pertenece?

La oposición no ayuda a esclarecer cómo y cuándo se debe aplicar un principio, muy preocupados tal vez por temor a una supuesta "persecución". En medio de mi propia confusión, pensé que debíamos todos estar muy atentos, para identificar, evitar y denunciar casos de corrupción. Entonces, ¿Por qué nadie hace eco a las preguntas del ex-Presidente Quiroga? En mi ignorancia, pensé que la ley hace cómplices de corrupción a aquellos que callan lo que saben. Supongo que el principio de "todos contra la corrupción" no incluye a ex -Presidentes que piensan diferente.

La ley es siempre perfectible. Ese principio ha llevado a una re-ingeniería Constitucional que intenta ira tan lejos, que incluso pretende desmantelar abstracciones mentales, como ser el "colonialismo". ¡Muy bien! No hay peor esfuerzo que el que no se hace. Pero si el Presidente Morales se ha dado la molestia de emitir un criterio sobre leyes de otros países, exhortando al Presidente Obama "impedir continúe en vigor en el Estado de Arizona la injusta y más dura ley migratoria", ¿no sería consistente con su espíritu de mejorar la ley que también le diga a su nuevo aliado de Irán alguito sobre leyes que dictan la muerte por lapidación?

La reserva moral de la humanidad debería pronunciarse en contra de la tortura y brutal asesinato de una mujer por el crimen de adulterio. Pero mientras que el Presidente Morales exige públicamente al Presidente Obama "evitar que en su país retornen los oscuros días de persecución por el color de la piel y el origen racial", se queda mudo cuando es su aliado Ahmadineyad, Presidente de Irán, permite enterrar vivo a un ser humano, para que muera lenta y dolorosamente asfixiada. Las que sufren este brutal y mortal castigo son exclusivamente mujeres. ¿El silencio cómplice no será otra una sutil discriminación hacia los que exhiben una orientación sexual diferente?

La parcialidad esta tan arraigada en nuestra naturaleza, que la única víctima resulta ser el Banco Unión. En consecuencia, la oposición es incapaz de exigirle a un banco que pertenece a todos los bolivianos que explique cómo está administrando recursos públicos y si el dinero de Venezuela entra, o no entra al PGN, evitando así que exista un tipo de "gasto reservado". Pero la duplicidad es también patrimonio de la humanidad, y vemos la paja solo en ojo ajeno.

Las leyes no tienen prejuicios ni parcialidades. Existen objetivamente, para establecer normas de conducta. Aplaudo entonces el espíritu del Ministerio de Justicia, que intenta socializar el conocimiento de la ley ante un soberano que, al igual que yo, peca de ignorancia. Entre cuñas publicitarias que elevan banderas y acciones concretas que demuestran la doble moral del ser humano, el pueblo está siendo lentamente educado. El pueblo soberano debe ahora exigir que su voluntad, plasmada en leyes, sea aplicada con imparcialidad. ¡Exigimos una auditoría externa y neutral que compruebe la inocencia de nuestro banco!

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