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"El racismo viene a ser una indigencia intelectual - me contestó pausada y firmemente Javier Restrepo, colombiano y maestro del periodismo latinoamericano- lo llamo así porque es precisamente la incapacidad para aceptar la pluralidad. La tolerancia a es la capacidad para aceptar la diversidad." Bajo el suave sol que se abre paso entre los últimos fríos de invierno, tuve la oportunidad de dialogar con una de los guías más renombrados de América Latina. En Bolivia asesoró a "El Deber" en la constitución del Defensor del Lector, junto a Luis Ramiro Beltrán. "La tolerancia activa, no la pasiva que es de un grado más primitivo, es la que ve en la pluralidad el potencial y riqueza del ser humano. En cambio el racismo ve solo el dominio de una raza, condena al ser humano a la pobreza de lo único. El racismo desprecia la pluralidad y deviene en un proceso metal como el de la persona que no acepta la existencia de otras políticas y que mira al que tiene otra política como un subversivo, como un enemigo, como alguien que está atentando contra el orden establecido"
La anterior semana, compartiendo la experiencia Boliviana desde los avances tarijeños sobre municipalismo y desarrollo estuve de invitado por el movimiento ciudadano Asunción nos Une, que apoya la Fundación Avina, para el lanzamiento de la capital guaraní en el reto de convertirse una ciudad sustentable sumándose así a más de 48 ciudades que ya están en el desafío que Bogotá lo asumió hace diez años atrás. "Los procesos culturales no se logran con leyes, porque contra el racismo solo hay una actitud y las actitudes son objeto de procesos éticos. Las actitudes son hechas con valores, con principios. Aquí el gran valor que está de por medio es la tolerancia y la tolerancia está hecha de apertura al otro y la apertura al otro viene a ser un valor ético fundamental e inicial en el ser humano."
Entonces como combatir el racismo?. "Hay que cambiar el disco duro de la gente, cambiar las actitudes, cambiar la mirada que la gente tiene de los otros y ese es un proceso cultural muy lento como todo proceso educativo". Para lograr el cambio, es preciso que se dé una guerra, una crisis o una revolución?. "Las revoluciones son generalmente la expresión de los impacientes, de los que quieren lograr un cambio de un día para otro y la mente de la gente no se cambia de un día para otro. Las "revoluciones" que se hacen de un día para otro hacen cambios aparentes porque el cambio real y profundo es el que se opera en la mente de la gente; cuando la gente se decide a cambiar de hábitos y, principalmente cuando se decide a cambiar de perspectiva de los otros y de la relación con los otros".
"El ser humano nunca se puede dar por terminado. Como las ciudades, el ser humano siempre está en construcción, nos decía en su conferencia magistral el día del lanzamiento Asunción nos Une, porque siempre tendrá posibilidades sin realizar y aun aquellas posibilidades que ha realizado son susceptibles de nuevos desarrollos. Nacemos desnudos e incompletos y así morimos igual de desnudos e incompletos". La búsqueda de la perfección es inherente al ser humano pero "esta tarea de completarse así mismo tropieza con la ilusión de llegar a lo perfecto sin etapas intermedias. Toda construcción se hace con plazos y por etapas. La excelencia es la posibilidad abierta para todos los seres humanos. El ser humano está hecho para superarse así mismo. Cada virtud social es una construcción de los humanos, no es herencia, no es el don de los dioses, es el logro cosechado en los campos de lo posible estimulado por la utopía. No nacemos iguales, nos hacemos iguales; no nacemos libres, nos hacemos libres."
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