jueves, 24 de marzo de 2011

El "corralito" de Villamontes

Guillermo Capobianco Ribera
memocapobianco@gmail.com

¡Queda Ud. detenido Sr. Presidente!

Se consumaba así un hecho inaudito: el Alto Mando Militar del Ejército, en campaña durante la Guerra del Chaco, "acorraló" al anciano Presidente y lo destituyó allí mismo sin trámite ni juicio político alguno.

Este hecho se produjo en Villamontes, la benemérita.

En las Europas emergían el nazismo de Adolf Hitler en Alemania y el fascismo de Benito Musolini en Italia.

El Presidente Daniel Salamanca se trasladó hasta el teatro de operaciones para "ajustar" cambios en la cúpula militar.

No percibió que el poder del Estado había cambiado de lugar y de titular y que él sólo representaba a una oligarquía decadente, la rosca del estaño, que exigía al gobierno y al ejército "pisar fuerte en el Chaco".

La "historiográfia sigue sosteniendo que Bolivia perdió la guerra.

Esa es una verdad a medias.

Una oficialidad de jóvenes guerreros, indígenas, campesinos y de clase media, habían sellado con sangre derramada en las trincheras, un bloque de unidad política como expresión generacional.

El líder amado por la tropa era el Cap. German Buch Becerra.

Chiquitano, nacido en la hermosa ciudad de San Javier de Ñuflo de Chávez y formado profesionalmente en el Colegio Militar en La Paz.

Al final de la contienda era ya una "leyenda viva.

Por eso, en momentos cruciales, era natural que encabezara las acciones igual que como lo hacia en el campo de batalla.

El Ejército de Bolivia escribió en esa guerra páginas de gloria y de amor a la Patria.

El desértico Chaco no tenía una sola gota de petróleo.

El ejército detuvo "en seco" al invasor en las faldas del Aguarague durante los cinco días de la gloriosa "Batalla de Villamontes".

Cuando el ejército invasor se quedó sin aprovisionamiento, retrocedió. En eso están de acuerdo todos los historiadores. Pudo lanzarse una contraofensiva que llevaría a los bolivianos hasta las puertas de Asunción.

La Standard y la diplomacia de Saavedra Lamas en Argentina, hicieron lo demás.

Llegó el armisticio de junio del 35.

El instante del final de la guerra, las doce del medio día, con disparos al aire en señal de regocijo, se produjo el abrazo multitudario con llanto colectivo y contenido entre soldados bolivianos y paraguayos.

Abrazo de hermanos y llanto de alegría que se elevó hasta el cielo conmoviendo al mundo y a Sudamérica.

Fue el origen de la primera Revolución Nacional.

En ese contexto nació, se formó y creció un liderazgo inmenso, el del Cap. y luego Tte. Coronel Don Germán Buch Becerra.

Los supuestos "perdedores" subieron la Cordillera y se instalaron en Palacio desarrollando una gestión sin precedentes: fue la gestión de ilustres ciudadanos como Bilbao Rioja, Dionisio Foianini, Gualberto Villarroel, Paz Estenssoro, Hernán Siles Suazo, Walter Guevara Arce, Juan Lechin Oquendo; mítico líder minero y obrero y tantos otros.

La obra del héroe del Chaco fue social, militar, diplomática, y geopolíticamente profunda. Logró vinculación ferroviaria con Brasil y Argentina y conquistó, sin disparar un solo tiro, el puerto soberano hacia el Océano Atlántico, en la margen occidental del Rio Paraguay.

Busch, el gran Capitán; murió joven -33- tal vez como mueren los héroes y nacen los mitos.

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