jueves, 24 de marzo de 2011

EL FRACASO DE LA AGENDA DE13 PUNTOS CON CHILE

Eduardo Campos Velasco
eduardocamposdc@yahoo.es

El anuncio del presidente Morales de recurrir a la justicia internacional en pos de reivindicar la salida soberana de Bolivia al Pacifico, es una confesión del fracaso de las negociaciones con Chile emprendidas por el gobierno.

Luego de 5 años de haber sostenido que la estrategia elegida (la agenda bilateral de 13 puntos) era la vía mas adecuada para resolver la histórica demanda marítima de nuestro país, el gobierno se ve obligado a reconocer que - por el contrario – la misma no nos llevara a ningún resultado. Ese es en mi criterio, el contexto en el que debemos entender las declaraciones del presidente Mortales en ocasión de un nuevo aniversario de la heroica defensa de Calama por Eduardo Avaroa.

Claramente se trata de un evidente fracaso del gobierno en el tema marítimo y por más que pretendan disimular la situación, la realidad es muy concreta. El gobierno cometió un gran error al sumarse – irreflexivamente – a la postura chilena, de considerar el tema marítimo de Bolivia, como un asunto bilateral.

Este es el fondo del fracaso de las negociaciones que ha estado llevando adelante el gobierno de Evo Morales con Chile.

Bolivia, durante décadas, había sostenido en todos los foros internacionales, la necesidad de resolver la reivindicación marítima en el ámbito multilateral, reclamando el apoyo del concierto de las naciones (particularmente de las del continente), sobre la base de que el problema del enclaustramiento boliviano, debía asumírselo, como una injusticia histórica que debe ser corregida por todos. Por el contrario, Chile, de igual forma en todos los foros internacionales, siempre argumento que se trataba de un tema bilateral, que podía ser resuelto entre ambas naciones.

Hay que reconocer que por varias razones y por mucho tiempo, la postura boliviana no tuvo éxito; sin embargo, en los últimos años, concretamente a partir del 2005, se produjeron cambios significativos en el contexto sudamericano, que bien pudieron ser aprovechados para que esta vez, la demanda boliviana, sea tomada en cuenta, con resultados favorablemente para el país.

No se explica, como el presidente Morales, que es amigo personal de varios mandatarios sudamericanos e incluso comparte con varios de ellos, idearios político-ideológicos, como los presidentes Chávez de Venezuela, Lula Da Siva, del Brasil, Nestor Kirchner, de la Argentina, Rafael Correa de Ecuador, Fernando Lugo de Paraguay y la propia Michelle Bachelet de Chile, no pudo sostener la estrategia boliviana de resolver la demanda marítima del país en ese escenario y, por el contrario, se prestó a apoyar la iniciativa chilena de reducir el tema al ámbito bilateral?

Ese es el principal error del actual gobierno. En vez de continuar impulsando la multilateralidad del tema, precisamente cuando se presentaban las mejores condiciones para ser abordado y resuelto en ese concierto, lo que hizo fue aceptar la postura chilena; de manera tal, que por esa vía, los amigos y correligionarios del presidente en el contexto sudamericano, dejaron de ser una factor de presión para la definición favorable a nuestro país del tema.

Por supuesto que este error, tenia que tener consecuencias y hoy claramente, luego de más de 5 años, debemos asumir críticamente, que estuvimos perdiendo el tiempo con la famosa agenda de los 13 puntos. Mismos que en una mayoría (si no todos) no han llegado a resultados concretos.

Habrá que preguntarle al gobierno: ¿Por qué lo hicieron?, ¿Qué les motivo a confiar, esta vez en la diplomacia chilena - que como sabemos - es muy eficiente y mantiene una postura histórica, contraria a nuestra demanda?, ¿Creyeron en las promesas de la presidenta Bachelet, socialista como ellos?, ¿por qué no aprovecharon la influencia de sus amigos en UNASUR, escenario en el que – lo hemos visto – se tratan asuntos de la región, como el tema de las bases norteamericanas en territorio del continente?

Lo lamentable es que en este tema (la reivindicación marítima del país) como en otros temas (la economía, las relaciones internaciones, el comercio exterior, la producción interna, etc.) el gobierno, guía sus decisiones, sobre la base de idearios político-ideológicos francamente obsoletos. La gente que toma decisiones en el gobierno (que claramente se trata de un pequeño grupo) fuertemente ideologizado por esas visiones, considera que la vida de las personas, la vida de los pueblos y naciones, transcurre en una lucha incesante, entre buenos y malos; escenario en el que ellos mimos se consideran los buenos y los demás, los que no comulgan con sus ideas, son los malos. Ese es su principal error conceptual de la historia y bajo esa visión, comenten los tantos errores que estamos viendo.

Ese es el problema de fondo, en el tema marítimo y en los otros que no están pudiendo ser resueltos en nuestro país. Bolivia, por el contrario, lo que requiere, son iniciativas que respondan a los graves problemas que históricamente no nos dejan salir del sub desarrollo.

Antes que discursos, lo que se requieren son soluciones prácticas y consistente; antes que propaganda, lo que hace falta, es transparencia de las acciones que realiza el gobierno; antes que pensar en intereses personales y partidarios (muy mezquinos), lo que hace falta son políticas publicas de estado.

El fracaso de la agenda de 13 puntos impulsada por el gobierno, no debemos confundir, como el fracaso del país en el tema marítimo. Claramente se trata – como hemos visto – de una factura que corresponde pagar al gobierno de Evo Morales. Hacen pero aún, en intentar utilizar el tema, para mejorar su malograda imagen interna.

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