martes, 22 de marzo de 2011

Una inteligencia financiera analfabeta

[BCB sube tasas de interés para bajar la inflación y capta Bs 26 MM por día. Títulos. La entidad subió en 74% las tasas de los depósitos a 364 días en bolivianos]*

Franz Rafael Barrios Gonzalez
franzrbarrios@yahoo.com

La ineptitud del (in)dependiente Banco Central de Bolivia no le permite discernir al centralismo de que esas medidas, a menos de captar excedentes del mercado para su "caja chica" -el mismo BCB-, invitan por sus desmesuradas tasas de intereses a que sigan ingresando mayores flujos de capital al mercado, en razón de la supuesta rentabilidad, que ofrece ese baile de las "tasas de interés sensuales". El control de la presión inflacionaria no siempre se condice, proporcional, con una regulación a la presión de las tasas de interés ofertadas. El centralismo en la medida de develarnos nuevos intentos para surgir de su naufragio financiero, nos va confesando cuál es la real magnitud de su descalabro socio-económico, que vino engendrando estos últimos 6 años. Por lo que hasta el momento el centralismo pudo darse cuenta, de que una de las herramientas de la esterilización de la economía, la del ofrecimiento de "Letras del Banco Central" al público, le quedó insuficiente, con respecto al tamaño problema que engendra.

Así mismo en su desesperación, el centralista, acudió a viejas prácticas "neo-liberales" de operación comercial. Ya que tuvo que adquirir el paquete mayoritario de las acciones (97%) del Banco Unión para transmutarlo en una pluri-versión del extinto "Banco del Estado". Convirtiéndolo en un buró de comercialización del BCB y por ende del plenipotenciario e injerente Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

Sin embargo con esta grosera oferta/interés que asume el centralismo, en desesperación a saber de los verdaderos ratios hyper-inflacionarios** (por encima del 30 % aprox.), reconoce que su intención es la de frenar el consumo doméstico, así como intentar estabilizar los precios internos disparados por su torpe DS/748 . Como también reconoce su necesidad por honrar elevadísimas cifras de su déficit fiscal, su preocupación por la subvención de carburantes (según fluctúen los precios internacionales del petróleo), la subvención de alimentos (repercusiones post-DS/748, insuficiencia productiva, fenómenos climatológicos, crisis alimentaria en general), entre otras contingencias.

Pero como permiten advertir las circunstancias en la crítica economía doméstica, no cabe imaginar que, por ejemplo, esta super-oferta (%) tenga como finalidad la de mejorar los rendimientos del BCB con respecto de los rendimientos ofertados en el resto del mercado competitivo. Si además de ello se infiere que las tasas del BCB se suponen, más bien, como referencia del mercado y no como oportunidad de comptencia. Resultando más que evidente que el BCB, como útil "caja chica" que es, necesita captar liquidez y recursos en favor del gobierno centralista que agoniza entre una multiplicidad de déficit's relegados a la desidia. De todas formas sería interesante saber cuál sería el desenlace si es que otras entidades (en competencia) también asumieran elevar sus tasas de interés, ¿se les prohibiría hacerlo, se las regularía?

El roído fracasismo en las políticas económicas perpetradas por el centralismo remata, por INCAPAZ, su credibilidad y estabilidad a precio de gallina muerta, y a costa del sistemático empobrecimiento de las grandes mayorías bolivianas. Fracasismo político-económico cuyo riesgo país es más inestable que obeso en patineta,

Finalmente pareciera ser que al "programa nacional que aspiraba a acabar con el analfabetismo", de auspicio oficialista, no le alcanzó para alfabetizar a la inteligencia financiera de su mismo centralismo.

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*http://www.la-razon.com/version.php?ArticleId=127303&EditionId=2475

**Cabe destacar que siendo la inflación medida en bolivianos, según la variación porcentual del índice de precios al consumidor, en economías (sub-desarrolladas y con alta movilidad del negocio informal e ilícito) como la nuestra, el exceso de circulante se expresa en la divisa (fuerte) del dólar. Es por ello que se evidencia la motivación por la que, devaluando la divisa fuerte $ respecto del Bs., el oficialismo se halla urgido en captar la mayor cantidad de dólares internados en el mercado local. Y a su vez retirar, otra vez, el nuevo circulante desdolarizado resultante de esa su compra. Esto último lo hace con la promoción de tasas de interés atractivamente peligrosas.

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