Zoraida Alarcón Ardaya
zoraidalarcon@yahoo.es
Una de las trabas para la consolidación de la institucionalidad democrática en Bolivia y para elevar el nivel democrático de la cultura política del pueblo boliviano es, sin duda, el arraigado caudillismo en el que se desenvuelven como peces en el agua los políticos bolivianos. Sin embargo, muy pocos políticos tienen la honestidad de reconocerla en sí mismos y generalmente esconden sus inclinaciones caudillistas con subterfugios discursivos.
Ese sesgo puedo apreciar en el artículo del Señor Capobianco que hace apología de su Jefe Don Jaime Paz, atribuyéndo al hecho de haberse salvado de un "accidente" (pongo entre comillas porque hubo la versión también de atentado) un destino mesiánico. Y para salvar su responsabilidad por lo que afirma, atribuye dicha versión a la "imaginación popular" y seguidamente involucra a Dios en su apología: Escribe Capobianco: "La imaginación popular asimiló este hecho como una obra perfecta del destino. "Una obra perfecta de Dios, un milagro."
Lineas arriba ya había escrito una afirmación contundente que no tiene correlato con la realidad, dice: "...Jaime Paz Zamora quien meses después fue elegido Presidente de Bolivia mediante el voto en las urnas." Todos sabemos las circunstancias en que Jaime Paz llegó a la presidencia. El pueblo le dió el tercer lugar y gracias a la astucia criolla de la estrategia del "triple empate" Jaime Paz fue elegido presidente por el pacto con ADN.
Finaliza Capobianco su texto con una afirmación que parece un lanzamiento electoral: "Fue un milagro la salvación de este joven político que el pueblo trasformó luego en líder y a quien Dios le habia reservado un destino para asumir y una misión que cumplir en la Tierra y en su país?". Digo esto, porque todos sabemos que su paso por el gobierno fue intrascendente y para el olvido. Probablemente lo que el pueblo recuerda del mirismo en el gobierno es la corrupción, el negociado de la harina, Oso Chavarría y los narcovínculos; pero algo positivo trascendental para el país no hubo.
De ahí que me pongo a pensar que probablemente Jaime Paz está en una estrategia de volver a la política, pensando que, como Evo ha criminalizado a los líderes opositores, él podría ser un candidato que enfrente a Evo en las próximas elecciones. Solo eso se me ocurre pensar del artículo del Señor Capobianco.
Desde mi punto de vista, el esfuerzo que se debe desarrollar es superar el caudillismo y fortalecer la institucionalidad democrática si queremos una verdadera consolidación de la democracia como sistema de vida y el progreso social, económico, ideológico y político de nuestra Patria.
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