Alejandro Colanzi
diputadocolanzi@yahoo.es
Hace 20 años, en la revista POLÍTICA Y CONSTITUCIÓN, editada por la H. Cámara de Diputados, en su No. 4, publicada en septiembre de 1991, propusimos la ELECCIÓN mediante el voto popular para escoger a nuestra administración de justicia. El razonamiento era simple: si elegimos al judicial y al ejecutivo, por qué no proceder de la misma manera. Hoy, estamos en los umbrales de la primera elección por voto popular.
Esta conquista, que la propusimos al movimiento popular hace dos décadas, corre el riesgo de ser sesgada. Por un lado se tiene a un proyecto político que busca la hegemonía y ha sentenciado que ganarán con el 60%; o sea, se admitió que tienen candidat@s oficiales.
Por el otro lado, una pugna que tan sólo busca heredar la votación antimasista, ha desplegado una campaña por el Nulo o el No, y que tan solo llegará a legitimar la votación dura que tiene el partido de gobierno, ya que le cierra el paso a cualquier competencia alternativa electoral, de los much@s que por méritos y osadías fueron seleccionados, sin deberle nada a nadie.
Ambos se reducen a la CONSIGNA: por el voto con copie azul, y por voto Nulo y No. Ambos SECUESTRAN la libertad y la conciencia de la ciudadanía.
Por ello llamamos a romper el atrincheramiento y la guerra de las consignas, llamamos a que escojamos NOSOTROS y no otros a nuestro nombre.
VOTAR CONSCIENTE es salvar la oportunidad de darle dignidad a la administración de justicia y oportunidad a nosotros y a las nuevas generaciones.
Hace 20 años, en la Revista Política y Constitución, Colanzi y compañia propusieron una tontería que hoy se hace realidad, y lo hicieron bajo un presupuesto sin ningún fundamento: se elige ejecutivo y legislativo porque son cargos políticos de representación, mientras que el judicial es un poder distinto, que se fundamenta en una lógica diferente y que por lo tanto debería gozar de independencia y no tener ningún tipo de servidumbre, tampoco del pueblo que lo elige, menos, como en el caso actual, del partido que los designa.
ResponderEliminarAsí es Alfonsina, no hay país en el mundo que practique un sistema de elección de altos jueces con jurisdicción nacional. Sería como poner a votación popular el Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas y organizar un sistema que permita seleccionar los candidatos entre los amigos, sin tomar en cuenta jerarquías o la historia institucional; nadie podría confiar en ese ejército y menos desde dentro, ya que los jefes militares deberían su puesto no a la institución, sino al electorado.
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