jueves, 26 de julio de 2012

ALGO HUELE MAL

Julio Hector Linares Calderón
juliolinaresc@hotmail.com

"En la Alcaldía paceña hay varias cosas que huelen mal", decía el vicepresidente García Linera hace un par de años, cuando se refería al entuerto entre el Alcalde y el Contralor acerca de los 156 mil bolivianos de gastos de representación que supuestamente no fueron rendidos contablemente.

"Ya está de buen tamaño el querer decir que el MAS está detrás de todo esto… éste es un tema delincuencial en sus filas… Bolivia le pide y nosotros, que vivimos en La Paz, le pedimos que resuelva, porque La Paz necesita una respuesta correcta", reclamaba García Linera, rasgándose las vestiduras, al alcalde Revilla.

"En el Gobierno central hay varias cosas que huelen muy, pero muy mal" dice este pinche ciudadano dos años después, reproduciendo las frases del Vicepresidente. Los recurrentes actos de corrupción en YPFB -con asesinatos y accidentes al estilo Hollywood-, las compras con sobreprecios de tierras colinda...ntes al Mutún, de maquinaria de Papelbol, coimas para lograr ascensos e ingresos a la Policía Nacional, ya no son casos aislados.Y pongo en evidencia que estos son los casos que se conocen, pues bien decían nuestros abuelos: "para muestra basta un botón".

El origen de la problemática está identificado, un medio de comunicación inteligentemente así lo evidenció, son las millonarias contrataciones directas que realiza el gobierno y que ya sobrepasan los 2.000 millones de dólares.

Que es la ÚNICA empresa que puede construir la planta de úrea en el Chapare o la mentada separadora de líquidos o que es la MEJOR empresa para construir teleféricos en el mundo, ya es de uso común del Gobierno.

Ningún estudio de prefactibilidad, económico ni ambiental se hace. De un plumazo (decretazo), Se decide a quién comprar el avión de lujo o a quién encargarle la construcción del satélite, que por supuesto no se trata de los 150 mil bolivianos del problema edil de La Paz, sino de ¡300 millones de dólares!

Retrasos exagerados en la entrega de barcazas, que costaron 30 millones de dólares, encargada a una empresa china o en la carretera Tarija-Potosí encomendada a OAS, con quienes, además, se firmó un contrato por debajo de la mesa para construir un camino por medio del TIPNIS, no deben menos que preocuparnos.

El presidente de YPFB, Carlos Villegas, pone la cara en los medios pidiendo ser incluido en las investigaciones, que lo libren de todo mal significaría que no se trata de un corrupto, sino un incompetente o negligente; y cualquier empresa competitiva del mundo ya le hubiera entregado su carta de despido por estos problemas.

No necesitamos la cara de Villegas, señor Vicepresidente. Yo le reclamo, como usted al Alcalde, con sus palabras: "Que lo de YPFB es un tema delincuencial en sus filas… Bolivia le pide y nosotros, que vivimos en Bolivia, le pedimos que lo resuelva porque necesitamos una respuesta correcta".

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