miércoles, 25 de julio de 2012

NACIDOS PARA MANDAR Y MAMAR

Walter Reynaga Vasquez
reynagavw@yahoo.es

El poder y la representación vistos y usados como feudo.

En Bolivia, por tradición, el poder y la representación se entienden y usan como medios e instrumentos al servicio de la autoridad o representante. Esta es una de las condiciones básicas del sistema colonial interno, heredado de la colonia feudal española (Cfr. Reynaga, W. La sociedad postcapitalista Social Libertaria, 2012). Esta forma de entender el poder ha cristalizado en cultura como efecto de una práctica de siglos, y explica la magnitud del abuso del presidente del Comité Olímpico Boliviano en desmedro de los atletas. No sólo que entiende que el dinero recibido es cosa suya, sino que toma a los deportistas como gente puesta a su servicio, de ahí que a costa de ellos se da su viajecito de luna de miel so pretexto de acompañar a la representación olímpica del país.

Estas mismas son las razones estructurales por las que Evo Morales ve muy natural su pretensión de hacerse dueño del poder por 15, 20 o más años. Es que toma al estado como su feudo personal, lo mismo que a su partido y a la representación de los cocaleros del Chapare. Y esto no es de izquierda ni de derecha, corresponde al pasado colonial y feudal instaurado hace como 500 años atrás, que no terminamos de superar. Vivimos una sociedad precapitalista en buena medida, no sólo en cuanto a la economía, sino, también en cuanto al sistema político y la cultura. Esto explica también el "Yo le meto nomas y que después lo arreglen los abogados…" (Morales), como su ocurrente manejo de los recursos públicos. Un día tal… decide comprarle un avión a medio uso a un club inglés, otro, comprarse un helicóptero para uso personal, luego, construirse un palacio, dar una garantía por 100 millones de dólares a los transportistas, etc. Contratar un satélite con los chinos, cosa que merece un acápite aparte:

"Un hecho que hemos recordado por un par de noticias del periódico oficialista La Razón referidas a dos satélites, uno chileno y otro boliviano: 1) "Chile pone en órbita su primer satélite espacial [...] Con un costo total de $US.72 millones" (La Razon, ed. 17-12-11); y, 2) "Bolivia paga el total de la contraparte por el satélite Tupaq Katari […]. La empresa China Great Wall Industry Corporation construirá y pondrá en órbita el satélite a fines de 2013 o principios del 2014, con un costo total de 295,4 millones de dólares" (La Razón, ed. 22-12-11). ¿Cómo se puede explicar que a los chilenos el dichoso aparato les salga costando tan poquito, sólo el 24,37% de lo que nos costará a los bolivianos? Ni el gobierno ni la oposición se han ocupado de esto, ni de aclararlo ni de denunciarlo." (Reynaga, W. La sociedad postcapitalista Social Libertaria, 2012). ¡Qué pensará de esto la emperatriz de lucha contra la corrupción, Dra. Nardi Suxo!

Pues igualito hace el señor Claure, capo del comité Olímpico, como muchos otros afincados en diversos organismos deportivos. ¿Cómo es que el capo de la Liga manda y monta tantos años sobre el futbol boliviano profesional? ¿Cómo lo hace el otro capo, de la Federación de Futbol? Y sobre todo, ¿por qué lo hacen, qué beneficio reciben?

Hay gente que reclama la intervención del gobierno sobre el Comité Olímpico y la Federación de Futbol. No saben lo que piden. Sería peor el remedio que el mal, porque entonces entrarían en juego los caudillos y grupos del MAS a disputarse con avidez estos organismos.

De esta misma índole son los problemas que afectan a la triste cooperativa de teléfonos de La Paz y a Emprelpaz y a las alcaldías y gobernaciones y las empresas del estado. ¿No manejan YPFB como feudo? ¿No es el poder y la representación un negocio (ilegal e inmoral, pero negocio al fin) y el patrimonio estatal y social un botín de saqueo?

Las elites del país, tradicionalmente blancoides y ahora mestizas e indígenas, se piensan nacidas para mandar y… mamar, y a los demás nos miran hechos para obedecer y trabajar… a su beneficio. ¿No han percibido su desprecio cuando nos atrevemos a objetar su ciencia, verdades, mando y lustre? Comprensible, a nadie le gustará que le arrebaten un buen negocio.

Estos son los problemas estructurales del país. Los que reclaman soluciones también estructurales, revolucionarias.

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