martes, 4 de septiembre de 2012

LA RESPONSABLIDAD Y EL BIEN COMUN

Carlos Tony Sánchez
tonysanchez_77@hotmail.com

Las imágenes de una autoridad (una sra. Asambleísta Departamental cruceña), sentada en el Juzgado y enchufada a un suero, aprehendida por la Policía por conducir en estado de ebriedad y protagonizar un hecho de tránsito, además de que el vehiculo que conducía cuando las aves comienzan su trinar, era vehículo del Estado, fueron elocuentes.

Nadie desearía estar en semejante situación, pero uno se las busca, dice el adagio popular.

El asunto no pudo pasar desapercibido, aunque no fue el festín acostumbrado, pues no se trataba del ex ministro Pachi (condenado al ostracismo por su humana debilidad), ni del Gobernador paceño Cocarico, muy dado a las paceñas…..Inclusive salió al paso, el Gobernador de Santa Cruz, siempre adusto, para ponderar la actitud de la asambleísta, la cual –dijo-, es valiente por reconocer su error. Acotó –además-que no es frecuente ver a una mujer que así lo haga.

No es probable que a la ANF ni a la agencia FIDES, se les haya ocurrido, titular en sus respectivas publicaciones: "El gobernador de Santa Cruz, dijo que las mujeres no son valientes porque no reconocen sus errores".

Pero bueno, el hecho acompañado por unas desafortunadas declaraciones de la implicada, (que de paso, iba junto a otros encapuchados, pues hasta la fecha nadie sabe – solo el Altísimo – quienes eran) nos brinda material gratuito para reflexionar acerca de nuestras propias acciones. Veamos.

No hay dudas del arrepentimiento de la sra. Asambleísta Verde; notoriamente se la notaba demacrada con la lividez amarilla de quienes padecen un trance existencial. Mencionó que fue a "compartir" (suponemos con otros asambleístas). Eso de compartir es una expresión usada en esta ciudad para referirse a la bebendurria. Un vino, dijo. Y un vino, también es una expresión local, referida a varios galones de ese líquido elemento.

Añadió que todos sabíamos del "stress" pandémico, derivado de la reunión en la que el oficialismo verde negó la suspensión del Gobernador. No está claro si ese stress lo produjeron las intervenciones de los masistas o si era efecto de saberse violador de la ley.

Como fuese, sabido es, que buscar en el vino la solución a esta enfermedad de la psiqué, es un error. Peor aún es hacer apología de esa emblemática canción "Yo soy el trasnochador…".

Y todo esto a qué viene. Ahí voy.

No es honesto, peor sabio, destacar "la actitud responsable" de un infractor (a), librando a este de las consecuencias de sus actos irresponsables. Y esto es precisamente lo que hizo el Gobernador de Santa Cruz. Tamaña impostura, seguro estoy, es impracticable en algún hogar de esta bella ciudad, pues a nuestros vástagos enseñamos el valor de reconocer sus errores, tanto como sobrellevar las consecuencias de estos. De otra manera "te robo, me disculpo y te olvidas de lo que te robé".

Por todos los santos ya finados, habría sido bueno que – contextualizando – el Gobernador mandase a su pupila a elaborar 1.000 cuñapeses y 500 sonsos como sanción comunitaria, pues no se trata solo de vestir camisa chiquitana, sino de tener límpida frente y gran corazón, como reza nuestro himno.

Y en cuanto a la alicaída asambleísta verde, bueno le será – a su integridad – renunciar a su curul. Decisión harto difícil, pues no solo se pierde un jugoso salario sino se gana el anonimato. En cuanto a la reputación, una vez perdida es difícil de recuperar, pero se puede dando un primer paso, que no solo enaltezca a la referida sra., sino dignifique el oficio – tan a mal traer – de un representante de la comunidad.

Queda por supuesto establecer que el reconocimiento de nuestras faltas, como en este caso, no restablecerá el bien común, visto está. De una u otra manera, los daños a la propiedad (bien común) de un vecino y los del vehículo de la Gobernación cruceña, serán pagados o por la asambleísta, o por "una polla" de los anónimos acompañantes o finalmente por el departamento de contabilidad de esa entidad. Y todo ese recurso, proviene de nuestros bolsillos. ¿ Saldrá a vociferar ese barbudo diputado de Convergencia ? cuando expresó, a raíz de la borrachera de Cocarico, que si se chupa, ¡que se chupe con su plata y no con la mía!. No, por supuesto, no lo hará.

Pero es probable, más que probable, volver a ver en las pantallas a la referida señora, que – humana es – se echó unos tragos, que es menos que "echarse una cana al aire", y quizás (la esperanza sigue viva) sus intervenciones públicas sean más mesuradas, tomando en cuenta las palabras de un famoso carpintero, el cual afirmó y hasta hoy no le desdicen, que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

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