viernes, 5 de septiembre de 2014

SAMUEL, EL CHIVO EXPIATORIO DE LA POLITICA NACIONAL


Jorge Roberto Marquez Meruvia
jorgermarquez17@hotmail.com

Los procesos políticos en cualquier parte del mundo son a veces demasiado dinámicos, Bolivia no es la excepción, el dinamismo suele incrementar en periodo electoral, lugar donde se ven enfrentados todos los partidos políticos por ver quién se hará cargo del Estado en el próximo periodo de gobierno. Las pasiones políticas se aceleran al estar cerca una elección nacional y es ahí el lugar ideal donde podemos catapultar las propuestas que se tienen o, enterrarlas y esperar a una futura elección. No debemos olvidar que cada sociedad tiene sus peculiaridades haciendo de dicho proceso algo muy divertido para algunos y desastroso para otros. El arquetipo del desastre en las elecciones 2014 es Samuel Doria Medina personaje que es golpeado por los males de la inercia cultural boliviana.

Samuel Huntington nos hable en su choque de civilizaciones que tanto occidente como el "no-occidente" tienen formas hipócritas de estar ensimismados. Para colocar un ejemplo extremo, podemos mencionar a la sociedad de Arabia Saudita, la cual cuenta con lo último en tecnología de comunicaciones, los autos último modelo y todo lo que uno sueña con encontrar en ese odiado y envidiado occidente, sin embargo, culturalmente se encuentra atado al pasado, lo que quiero decir es que: es una monarquía absolutista que no tiene una apertura democrática y el trato hacia la mujer y los hijos es arcaico, y muchas de sus prácticas sociales están fundamentadas en el Corán. Algo muy similar pasa en Bolivia como en cualquier otra parte del mundo.

Samuel Doria Medina es el borrego divino que actualmente carga todos los males de su pueblo. Recordemos que Bolivia es una sociedad informal, machista, para-institucional, corrupta, santurrona, etc., como cualquier otra en América Latina y el Tercer Mundo. La forma de hacer política cambio muy poco desde la época colonial y autores como Enrique Finot o Armando Chirveches en obras como "El Cholo Portales", "La Candidatura de Rojas" o "Tierra Adentro" nos muestran el accionar que debemos tomar para tener éxito en la política nacional. Aunque estas actitudes no son nada novedosas y son conocidas por un exiguo grupo de la población que se divierte con estas puestas en escena, para el grueso del pueblo son las grandes novedades del momento que los ayuda a definir el futuro de la nación. No olvidemos que estos "entuertos políticos" son codiciados por la prensa y ocupan los principales titulares de todos los medios, tampoco debemos olvidar la fascinación de los medios de comunicación por la crónica rosa y roja que le encanta a la población.

El político boliviano es víctima de sí mismo, ya que entienden la actividad política desde antaño como un hecho sentimental por sobre el racional. Sin ir muy lejos Chirveches nos da una muestra de la emocionalidad de ser un padre de la patria: "La palabra diputado sonó en mis oídos con la misma dulzura que una promesa de amor. Ser padre de la patria a los veinticinco años, ser miembro del primer poder del Estado, ser un hombre público, ser…". Es la misma actitud de los políticos de ahora. Obviamente todos los males ocasionados en su cargo o en su vida personal crearon su chivo expiatorio: Samuel Doria Medina es el que paga los platos rotos por esos grandes baluartes de la Bolivia profunda que no mencionaremos ahora.  También cabe mencionar que politólogos cruzan esa estrecha línea de la cual nos habla Max Webber teniendo en cuenta el escenario político boliviano que mencionamos, posiblemente sea ingenuidad porque tienen esperanzas de cambiar a su pueblo.

Para terminar simplemente recordemos que: toda obra buena de hoy, desencadenará en la catástrofe de mañana. 

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