Me encanta la vida porque la observo, y esta práctica enriquece mis conocimientos, los que me permiten sentir la sencillez de la sabiduría de una mujer que no necesitó nacer en cuna de oro, ni renegar de su raza, para alcanzar la gloria de la trascendencia humana a partir de los valores universales del ser. El triunfo de Soledad Chapetón tiro por los suelos el discurso mentiroso del populismo que encarna el resentimiento y la violencia racial incubada en los corazones mediocres y las ambiciones desmedidas de poder, del populismo nacional.
Sentí orgullo de la mujer alteña en la representación de esta joven líder quien le dijo al país y al mundo, que la autenticidad y la fidelidad con uno mismo son paradigmas para conquistar la meta. Su valentía y humildad demuestran que no es necesaria la violencia para servir a la verdad.
Soledad Chapetón borró los límites de nuestra libertad, al derribar los prejuicios creados por la participación de la mujer en la toma de decisiones políticas. Desenmascaró el machismo de la hipocresía con el mensaje que los derechos se tienen que ganar, no se pueden comprar, tampoco se toman a través de la violencia y el abuso de poder, se conquistan cuando las palabras y las acciones alcanzan la máxima coherencia.
Ojalá que quienes eligieron a Soledad Chapetón como su líder, le permitan practicar sus ideales con libertad, y estos se conviertan en práctica cotidiana de una democracia real.
La hipocresía, el arte de amordazar la dignidad.
El 21 de marzo, frente al error de soberbia cometido por Unidad Demócrata en el Beni, en la violación del art. 316 de la Ley Electoral, plantee, como única salida a las trampas que pone el MAS a la democracia, una alianza de caballeros entre el líder de Unidad Demócrata y el líder del MNR como segunda fuerza opositora del Beni, de acuerdo, a los últimos resultados electorales. Esta alianza era el cemento del respeto y la fraternidad que debe existir entre los líderes de oposición, a quienes, las circunstancias les demanda, sobreponer los valores democráticos a sus intereses de poder partidario. Nuevamente se arrastraron las ambiciones y como es usual, sin entender nada y guiados por las entrañas del caudillismo, profirieron una serie de acusaciones que faltaban a la verdad.
No voy a repetir las acciones iracundas del autodenominado "líder" de la dignidad Beniana, lo cierto es, que en estas lides, no cabe la mínima mirada subestimante en la superioridad que algunos sienten con el liderazgo. Un líder nunca se aleja del sentimiento social, porque es la gente, a través del voto, que le encomienda la obligación de encontrar caminos que conduzcan a su pueblo al pleno crecimiento político, social y económico, con planteamientos que acaten irrestrictamente los principios del Estado de Derecho. El pecado capital de un líder, es sufrir la inflación Psicológica que provocan los aduladores de turno, oportunistas de la politiquería.
La historia muestra al MNR como el partido de las grandes conquistas y revoluciones sociales, hoy, no será la excepción, para que con firme determinación sus líderes, sometan, la impotencia de la traición a su sensibilidad moral, que les señala la responsabilidad de su esencia democrática. Partamos del principio, que el progreso económico, manifestado en el desarrollo tecnológico que ofrecen los oficialistas por encima del ser, harán del Beni una aldea interconectada, pero, no produce más moral, para el ejercicio ético que demanda el desarrollo de los pueblos. El gran desafío de estos tiempos.
Es importante el lente con el que determinamos el fracaso y el éxito, todos triunfamos y fracasamos algunas veces. Hoy, no se trata de elegir entre el fracaso y el éxito; sino de escoger el riesgo y aspirar a la grandeza de nuestros líderes para alcanzar la libertad democrática. Una vez más, la historia coloca al MNR en la grande responsabilidad de salvar la democracia, que su juicio no los traicione y, liberen la dignidad, que amordazó la hipocresía caudillista en el Beni.
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